Barcelona

Alta tensión por el «top manta»

Los manteros, que ahora son dueños de la mercancía, no dudan en encararse con las fuerzas del orden. Los comerciantes piden más vigilancia ante esta actividad de venta ilegal

Los comerciantes piden atajar el «top manta» de raíz persiguiendo a los jefes de las mafias
Los comerciantes piden atajar el «top manta» de raíz persiguiendo a los jefes de las mafiaslarazon

BARCELONA-En la última semana dos episodios han puesto en evidencia la necesidad de afrontar de cara y con soluciones el longevo debate sobre el «top manta». El martes, cinco policías terminaron heridos (dos de ellos están de baja) después de que una redada contra la venta ambulante en el paseo marítimo de Calafell (Tarragona) se convirtiese en una batalla campal entre manteros y policías locales. El viernes, en Roses (Girona), comerciantes y el propio Ayuntamiento se unieron en una manifestación que reclamaba un «cambio legislativo» para afrontar con seguridad la lucha contra la venta ilegal. Según informó el regidor de seguridad del municipio, la temporada pasada 14 agentes acabaron heridos tras enfrentarse a los manteros.
La venta ilegal se ha agravado este año por dos motivos: los comerciantes están más crispados con el «top manta» en un momento económico especialmente difícil, y los vendedores ilegales se han tornado mucho más agresivos porque ahora son los dueños de su mercancía, y se resisten mucho más antes de entregarla.
Sólo en Cataluña, el «top manta» mueve cien millones al año y «ocupa» a 2.500 personas, según datos de la Confederación de Comercio. La venta ilegal se da, sobre todo, en los municipios turísticos y en verano. Para frenarla, Salou, Cambrils, Calafell y El Vendrell-Comaruga se han adherido a la campaña «Estiremos de la manta», promovida por la CCC y la Direcció General de Comercio de la Generalitat. Arrancó a mediados de julio en la Costa Daurada y en Barcelona y pocó después llegó a Girona. Se han entregado más de 40.000 dípticos, editados en catalán, castellano, inglés, alemán, ruso y francés e italiano. Una información que trata de descubrir a la población la cara oculta de esta práctica, que incluye la explotación de personas y alimenta la economía sumergida.
Los dípticos parecen no hacer efecto, al menos, así lo demostraron los centenares de turistas y transeúntes que sacaron su teléfono móvil durante la redada de Calafell y gritaron consignas contra la Policía. «Es un tema que va a ser difícil de gestionar, estamos hablando de seres humanos, personas en situaciones muy complicadas y siendo víctimas de explotación, pero a veces la gente defiende lo indefendible», explica Magí Mateu, comerciante y presidente del Centro de Iniciativas y Turismo (CIT) de El Vendrell. «En El Vendrell la campaña de este año ha funcionado bien y la cosa está más controlada, pero ha provocado la estampida de los manteros hacia otros municipios, y en Calafell es donde lo están pasando peor», apunta.
Para Mateu, las redadas están poniendo en una situación «muy díficil» a la Policía, ya que «no es nada bueno para nadie, y especialmente para municipios de turismo familiar y relajado», asistir a una pelea de «grandes dimensiones». El presidente del CIT quiso loar la acción policial y lanzar a los ciudadanos que «creen que están ayudando al mantero al comprarle mercancía» una nueva solución: «¿Por qué no les compran un bocadillo, o les invitan a comer en el bar?», dijo y añadió que «si realmente queremos erradicar esta lacra, deberíamos empezar a encarcelar a los jefes de estas bandas, millonarios en la sombra».


Multa de 20.000 euros por comprar
Calafell es uno de los municipios que más mano dura está teniendo contra la venta ilegal. Además de sumarse a la campaña informativa sobre los peligros y la cara oculta de esta práctica, a finales de mes pasado anunció que la presión policial aumentaría y que los compradores del «top manta» podrían enfrentarse a sanciones de hasta 20.000 euros. El Consistorio no tiene ordenanza propia en este ámbito, así que ha decidido acogerse a la Ley de Comercio de la Generalitat, que contempla sanciones por ese importe. El Ayuntamiento quiso aclarar que los 20.000 euros de sanción se aplicarían en casos muy extremos y según el daño económico que cause el comprador y su reiteración.