Conciertos

La belleza de la desolación

La Razón
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XV Ciclo de Grandes IntérpretesElisabeth Leonskaja, piano. Obras de Franz Schubert. Madrid, Auditorio Nacional. Madrid, 25-V-2010.En su anterior comparecencia en el Ciclo de Grandes Intérpretes de Scherzo, Elisabeth Leonskaja interpretó las tres últimas sonatas para piano de Beethoven. Una auténtica proeza que sin embargo se ha visto ahora superada por esta última intervención, en las que ha abordado las tres obras que ocupan un lugar similar en la producción schubertiana. No obstante, como señala Enrique Martínez Miura en sus excelentes notas al concierto, hay considerables diferencias entre una y otra despedida del piano. Mientras que Beethoven emprendió su monumental tarea a lo largo de tres años, Schubert la llevó a cabo en uno solo (1828) machacado por la enfermedad y profundamente afectado por la desaparición del genio de Bonn en el año 1827. De ahí la constante presencia de la muerte y la urgencia por no querer dejar nada sin expresar. Y, al mismo tiempo, esa capacidad única para crear hermosura en la tristeza.A sus 65 años de edad, la pianista de Tiflis (Georgia), bastante querida por el público madrileño –solamente en este ciclo ha intervenido ya en seis ediciones, ya ha actuado en el Liceo de Cámara junto al Cuarteto Borodin, ha acompañado a Matthias Goerne en la Zarzuela y actuado con las orquestas de RTVE y ONE, con la que volverá el año próximo–, mantiene una envidiable forma física que le permite mantener ese sonido robusto, propio de la escuela rusa, tamizado por el lirismo cantable y la suavidad del mundo vienés.Resistencia física y mentalDespués de todo este «tour de force» todavía le quedaron fuerzas para ofrecer dos piezas fuera de programa, también del compositor austriaco: uno de los «Impromptus» y también nada menos que la «Fantasía del caminante»: veinte minutos, interrumpidos por los aplausos de un público algo perplejo por la dimensión de la obra, aunque la pianista no dudó en volver a sentarse al piano para terminar su tarea en todo un alarde de resistencia física y mental.