Cataluña
A vueltas con el soberanismo
No hace ni un mes, durante una visita electoralista a las fiestas del barrio de Sants, el presidente de CiU, Artur Mas, avisaba que no aceptará un campaña volcada en la convocatoria de un referéndum sobre la independencia de Cataluña.
Un día antes, José Montilla apuntaba, en el tradicional encuentro estival de Vilopriu, que entre separadores y separatistas, sólo el PSC trabaja para rehacer la maltrecha relación entre Cataluña y España. Y desde el PP, Alicia Sánchez-Camacho volvía a leer la cartilla a los partidos catalanes por perderse en debates identitarios cuando el principal dolor de cabeza de los catalanes es salir de la crisis económica.
La bolsa de votos soberanistas
Pero las promesas de unos y las advertencias de otros han quedado en una declaración de buenas intenciones. Los tres «joans», Puigcercós (ERC), Laporta (Solidaritat Catalana) y Carretero (Reagrupament) han conseguido que uno de los protagonistas del debate de la precampaña electoral sea el referéndum sobre la independencia. Aunque, si lo han logrado, es gracias a la colaboración de CiU, que no está dispuesta a dejar que la bolsa de votos soberanistas se la dividan ERC, Solidaritat Catalana y Reagrupament.
Por eso, Artur Mas, ayer, en una entrevista en «El País», se molesta en argumentar por qué no es partidario de convocar un referéndum independentista la próxima legislatura. Porque «el derecho a decidir lo tendrían que apoyar más del 60 por ciento de los catalanes», alegó. La reacción de ERC no se hizo esperar. Ayer mismo, el secretario general de los republicanos, Joan Ridao, acusó a Mas de tener cero voluntad de impulsar el derecho a decidir de los catalanes al fijar porcentajes.
La estrategia de ERC pasa por poner en duda la determinación independentista de CiU. «Mas no piensa convocar un referéndum sobre la independencia de Cataluña y tampoco está interesado en el derecho a decidir» dijo Ridao dirigiéndose, precisamente, a los votantes soberanistas.
El PP aprovechó el rifirrafe entre ERC y CiU para acusar a Mas de haber caído en una deriva independentista. En una entrevista a Efe, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, postuló a su partido como antídoto contra la deriva soberanista. Se ofreció al votante de CiU,que siente «gran incertidumbre ante la deriva independentista de Artur Mas», y al votante del PSC, que se siente «engañado» por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
«El PP es garantía del voto útil para frenar la decadencia de Cataluña con un tercer tripartito o para evitar parar los pies a la deriva independentista de CiU», aseguró. Sánchez-Camacho recordó el pacto del Majestic, suscrito entre populares y nacionalistas en 1996, para demostrar que el PP «siempre ha cumplido con Cataluña».
Montilla que, hasta el momento, había huído del derecho a decidir, tampoco quiere dejar perder al votante catalanista –aquéllos 200.000 que votan al PSC en las generales, pero que en las autonómicas flirtean con CiU–. Por eso, ayer, les lanzó un guiño. Instó a los catalanes a hacer país para salir de la crisis económica.
Debate también en Barcelona
- El presidente del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández, volvió a rechazar ayer un pacto con CiU tras las elecciones municipales del próximo año si Xavier Trias mantiene su deriva independentista .
- Como ocurre a nivel autonómico con Mas, el presidente del grupo municipal popular considera «muy difícil» pactar, hoy por hoy, con «el Trias independentista». Fernández acusa al nacionalista de haber radicalizado su mensaje hasta acercarse a las tesis secesionistas. Entre otras cosas, lamentó que Trias aplaudiera el pregón de La Mercè de Joan Margarit, una «oda a la independencia».
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