Francia

Crítica de cine / «El pequeño Nicolás»: La alegría de Sarkozy

«El pequeño Nicolás»: La alegría de Sarkozy
«El pequeño Nicolás»: La alegría de Sarkozylarazon

Director: Laurent Tirard. Intérpretes: Maxime Godart yValérie Lemercier. Guión: Sempé, A. Chabat y G. Vigneron a partir del libro de René Goscinny. Francia, 09. Duración: 91 min. Comedia familiar.

Si Sarkozy todavía no lo ha hecho, que vea ya con o sin Carla la película de Laurent Tirad; al margen de compartir el nombre de pila con el protagonista (de la estatura no digo nada, que es un hombre de genio vivo), seguro que le parecerá poseedora de un mensaje gratificante. No sólo porque se trata de una comedia familiar más francesa que la baguette y como Dios manda; o sea, que los padres no estarán mirando el móvil toda la proyección a ver si, con suerte, les entra un mensaje que responder para ir sobrellevando el sopor. Sobre todo, porque el filme, nacido a rebufo de las famosas novelas escritas por René Goscinny acerca de este delicioso personaje en pantalones cortos, está ambientado durante un tiempo en el que los niños sabían quién era la autoridad. En serio que pasó. Tirard (el mismo que realizara la meliflua «Las aventuras amorosas del joven Molière») ha sabido imprimir a las ingenuas, alocadas aventuras de Nicolás, hijo único de una pareja burguesa que lo mima como procede y cuya felicidad acaba cuando cree que su madre espera otro hijo, ritmo, desparpajo, frescura, y una atmósfera que, en ocasiones, recuerda al de aquellas maravillosas películas realizadas por Jacques Tati (el momento en que la familia compra la televisión y no saben dónde colocar el mamotreto). Un muy convincente trabajo de los actores, volcados en dar vida a unos personajes simpáticos y sin dobleces que el guión supo caracterizar de manera convincente, engorda un poquito más esta propuesta tan gratificante: por fin alguien cae en la cuenta de que una película así no tiene por qué dormir a las ovejas. Ni, mucho menos, a los corderitos.