Mascota

Qué es mejor para tu mascota: ¿pienso o alimentos crudos? La ciencia responde

Un estudio comparó los beneficios de ambas dietas y la respuesta puede no ser la esperada.

Un perro comiendo de un bol
En total se analizaron 5 razas distintas para el estudio.Pixabay

En los últimos años, ha aumentado la práctica de alimentar a los perros con dietas a base de carne cruda en lugar de pienso, en parte porque la carne cruda no requiere un procesamiento pesado ni incluye aglutinantes ni conservantes que podrían afectar negativamente la salud de un perro.

Cuando hablamos de dieta para humanos, el consejo común es que lo más saludable es una dieta rica en alimentos vegetales no procesados. Entre sus ventajas para la salud se encuentran los beneficios antiinflamatorios que promueven la salud del corazón y el intestino, y un menor riesgo de enfermedades, incluido el cáncer.

De manera similar, algunos defensores de las dietas para perros basadas en carne cruda creen que reduce el riesgo de problemas de salud intestinal, favorecen una mejor salud dental y protegen contra afecciones inflamatorias. Pero algunos veterinarios advierten contra las dietas de alimentos crudos para mascotas: pueden contener bacterias que causan enfermedades tanto en las mascotas como en los humanos que los manipulan y preparan.

Diferentes estudios han documentado que estas bacterias pueden ser resistentes a los antibióticos. Además, las dietas de alimentos crudos creadas por los dueños de mascotas pueden estar nutricionalmente desequilibradas. Un estudio de 2022 señaló deficiencias nutricionales en más del 90% de los perros que seguían una dieta a base de carne cruda dentro de su grupo de estudio.

Con estas consideraciones como antecedente, un equipo de investigación estadounidense de la Universidad Estatal de Oklahoma y la Universidad de Florida, realizó el primer estudio para evaluar cómo los regímenes de alimentación canina podrían afectar los marcadores antiinflamatorios en el intestino. Las conclusiones se han publicado en Frontiers in Veterinary Science.

Los autores compararon la inflamación en perros alimentados con dietas a base de pienso (grupo KD) y dietas a base de carne cruda (RMBD). “Teníamos la presunción de que los perros del grupo RMBD tendrían alteraciones en su microbiota y metaboloma que se correlacionaban con cambios en los marcadores inflamatorios fecales y sistémicos”.

La población del estudio incluyó a 55 perros adultos clínicamente sanos, todos con un peso de más de 9 kg, que habían sido alimentados con una dieta a base de pienso o a base de carne cruda durante más de un año, según sus dueños. Los perros permanecieron con sus dueños durante la duración del estudio, y se registró el consumo semanal de alimentos. A las cuatro semanas, regresaron al laboratorio para un examen físico y recolección de muestras de sangre y heces.

Los autores descubrieron marcadores inflamatorios similares, incluidos metabolitos específicos de las funciones antioxidantes y antiinflamatorias, en las muestras de sangre de ambos grupos, pero resultados significativamente diferentes en los marcadores inflamatorios intestinales de los dos grupos. También observaron diferencias entre los metabolomas y la microbiota fecal de los grupos.

En los perros del grupo “carne cruda” encontraron niveles más altos de IgA fecal (un anticuerpo de la mucosa que protege contra infecciones), IgG (un anticuerpo que protege el sistema inmunológico contra bacterias y virus encontrados previamente) y IAP (otro anticuerpo protector intestinal).

“Nuestra teoría – señala el estudio - es que estos aumentos en perros alimentados con carne cruda pueden reflejar una mejor homeostasis gastrointestinal y función inmune, así como una mayor digestibilidad del alimento”.

Todo esto indicaría que una dieta de carne cruda es mejor… Sin embargo, los autores señalan que no pudieron determinar si las diferencias observadas fueron beneficiosas o no, debido a la corta duración del estudio y a la inclusión solo de perros sanos. El próximo paso es realizar estudios más amplios y de mayor duración, que incluyan marcadores más sensibles. Lo interesante del estudio es que no fue financiado por ninguna empresa vinculada a alimentación de mascotas. Pero solo se realizó en cinco razas diferentes y en animales mayores de un año. También habrá que ver los resultados en animales más jóvenes y en distintas razas.