Asturias

20-N: la memoria histórica hasta el final

Desde su primera legislatura, Zapatero ha buscado reabrir el enfrentamiento entre las dos Españas

En la imagen el Valle de los Caídos. El PSOE quiere que todos los restos relacionados con Franco salgan de allí
En la imagen el Valle de los Caídos. El PSOE quiere que todos los restos relacionados con Franco salgan de allílarazon

MADRID- «Un ansia infinita de paz, el amor al bien y el mejoramiento social de los humildes». Así terminaba Zapatero el último párrafo de uno de los discursos más importantes de su vida: el de su investidura como presidente en 2004, su día de gloria, después de una intervención llena de propuestas que hoy habría que releer para comparar. Eran sus intenciones vitales. Su credo. Palabras bienintencionadas que cualquier militante de un partido político podría compartir. O no, porque más que el significado era su contexto lo importante: eran parte del testamento que dejó su abuelo, el capitán Juan Rodríguez Lozano, fusilado por los nacionales en la Guerra Civil.

Ahí estaba otra vez: la Guerra Civil. Regresar a ese pasado ha sido una constante durante las dos legislaturas del gobierno de Zapatero. Como económicamente no era posible desmarcarse de la derecha, había que recurrir a una política social que sí abriese diferencias y, sobre todo, a unos símbolos que dejasen claro de qué lado se estaba: «En unos momentos en que la izquierda y la derecha no tienen margen de maniobra para identificarse, la Memoria Histórica ha sido una de las señas de identidad de su proyecto–asegura el profesor Carlos Barrera de la Universidad de Navarra–. Sin ser un tema político fuerte, sí que ha marcado su proyecto, junto a otros asuntos, claro». La vuelta a la contienda del 36 y la posguerra y la búsqueda de la identidad del gobierno socialista en el poder comenzó con la devolución a Cataluña de los llamados papeles de Salamanca y terminará en un nada inocente, el 20 de noviembre, «una fecha simbólica que creen les facilita una campaña a base de su grotesca "memoria"», dice Stanley G. Payne.

Entre medias se han retirado estatuas de Franco, se han cambiado nombres de calles, se ha hecho un mapa de fosas, se han exhumado cadáveres y se ha discutido hasta la extenuación sobre el papel del Valle de los Caídos en una España moderna.

Zapatero ha conseguido el enfrentamiento que quizá buscaba, la polaridad que hace reaccionar a la derecha y poner encima de la mesa asuntos como Paracuellos. Su problema ha sido que ha la izquierda ha quedado claramente insatisfecha con su labor. Muchas palabras, pero pocos hechos.

Para algunos se pasó con sus intenciones, para otros apenas han sido más que intenciones con las que «no ha hecho nada», aseguraba ayer a este periódico José María Pedreño, presidente del Foro de la Memoria. Para él, lo que ha conseguido del gobierno socialista ha sido poco más que limosna. «Para levantar una fosa común hemos movido 100 voluntarios, que no han cobrado nada. Hacerlo con profesionales era más caro. La diferencia con otros gobiernos es que yo, ahora, al menos, podía pagarme la gasolina con lo que recibíamos». Pedreño, que tiene muy claro de qué lado está, acusa a Zapatero de haber sido «equidistante» en un asunto en el que, según él, no hay lugar para la equidistancia.
 
Aunque ha tenido consecuencias prácticas («el único aspecto positivo que puedo identificar es que ha dado subvenciones para excavar unas fosas y poder sepultar a los restos de algunos de los muertos, un porcentaje muy pequeño del numero total», dice Payne), la política memorialística de Rodríguez Zapatero ha sido útil electoralmente. Y puede que también peligrosa: «Ha sido un instrumento para dividir y para tratar de decir quiénes son demócratas y quienes no», asegura el historiador Fernando García Cortázar. «La resurreción de la Guerra Civil es el legado tristísimo de Zapatero, que el PSOE de Felipe González había desterrado en 1986 con un texto de Juan Pablo Fusi y firmado por el Gobierno español en el que se decía que la Guerra Civil era parte de la historia y del mundo y no debía servir para enfrentar a los españoles. Algo que ha desbaratado Zapatero con su torpeza y sectarismo».

Carlos Barrera añade otra pega: «¿Vale la pena esta controversia, la confrontación? Estábamos asentados en rocas firmes, la Transición era nuestro mito fundacional y esto ha hecho que ahora sea vista con defectos». El credo del abuelo de Zapatero se torció en alguna parte de los años de legislatura. Nada fue blanco y negro, faltaban los matices, la historia, por ejemplo, de que el abuelo de Zapatero participó con Franco en la represión de 1934 en Asturias contra los socialistas.


Twitter y las «elecciones generalísimas»
Si las elecciones coparon los comentarios ayer en Twitter, no fue menos comentada la fecha elegida. «Elecciones generalísimas» fue una de las expresiones más usadas y no faltaron tampoco las ocurrencias como «¿Será que los políticos pretenden sernos francos?». En clave política también hubo comentarios para todos los gustos: «Me gusta que la fiesta de la democracia sea el 20-N» o «Las elecciones, el 20-N, ¿márketing o casualidad?». No faltó tampoco el mal pensado que dijo que «las elecciones son una cortina de humo de Rubalbacaba para que no se hable del final de Supervivientes.


Leyes para reabrir las heridas
Ley de memoria histórica
Aprobada por el Congreso de los Diputados el 31 de coctubre de 2007, fue uno de los proyectos en los que más ímpetu puso Zapatero. Para la derecha abría viejas heridas y para la izquierda se quedaba corta.
Mapa de fosas
El pasado mes de mayo el Gobierno publicó el primer mapa de fosas en el que se localizaban «restos de personas desaparecidas violentamente durante la Guerra civil o la represión política posterior» y abrió una página web de la Memoria Histórica.
Archivo de Salamanca
Durante el ministerio de Carmen Calvo el Gobierno decidió devolver parte del Archivo General de la Guerra Civil a Cataluña. Fueron más de 500 cajas de documentación.
El Valle de los Caídos
La situación jurídica de El Valle de los Caídos ha sido uno de los temas centrales de debate durante el gobierno de Zapatero. Lo que a nadie había importado, de repente, se convirtió en una agria discusión que encendió los ánimos.


¿Qué más pasó el 20-N?
1841
La fecha elegida coincide con el día en que nació Víctor d'Hondt, el jurista belga que elaboró el sistema de reparto de escaños empleado en el sistema electoral.
1945
Otra de los hechos importantes un 20-N fue el inicio del juicio de Nuremberg contra una veintena de dirigentes nazis
1969
Los ciudadanos americanos convocan en Washington una manifestación multitudinaria para lograr la paz en Vietnam.