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ENTREVISTA Peña Nieto: «El PRI ha aprendido de sus errores»

Favorito en todos los sondeos, promete un «cambio responsable» si gana las elecciones del próximo domingo: «Soy consciente de los errores y abusos del PRI en el pasado»

ENTREVISTA Peña Nieto: «El PRI ha aprendido de sus errores»
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MADRID- Enrique Peña Nieto tiene la victoria a la vista. Al menos eso anuncian los sondeos, que le dan como ganador con una ventaja de más de diez puntos. En esta entrevista, realizada por e-mail hace una semana, el candidato del PRI –el partido que gobernó México durante setenta años– promete un «cambio responsable» y terminar con la violencia generada por el narcotráfico, que tras 50.000 muertos en seis años ha dejado un país profundamente herido.

Peña Nieto, de 46 años, tiene carisma y juventud, y proyecta una buena imagen entre el electorado. Sus detractores le acusan de ser el candidato de Televisa, un producto del marketing, pero él se esfuerza en repetir que posee una sólida trayectoria como gobernador del estado de México. A aquellos que temen la vuelta del PRI, Peña Nieto les habla de «un cambio responsable».

Su vida personal saltó a las primeras páginas de los periódicos cuando confesó en una entrevista con «El Universal» que fue infiel a su esposa, fallecida en 2007. Fruto de sus relaciones fuera del matrimonio tuvo dos hijos, uno de los cuales murió. Su pareja actual es la popular actriz Angélica Rivera, en la imagen. Se considera un político «profesional y transparente» y dice pertenecer a una generación «dispuesta a superar el miedo».

–¿En qué se diferencia el PRI de Peña Nieto del PRI que gobernó México en los noventa?
–Mi partido ha sabido reconstruirse muchas veces a lo largo de su historia. Hoy, el PRI es un partido comprometido con la democracia, que privilegia la propuesta sobre la descalificación, que tiene vocación de gobierno y de transformación, y que quiere ver un México exitoso. Formo parte de una nueva generación de priístas, que si bien estamos orgullosos de los logros de nuestro partido durante el siglo XX, también somos conscientes de sus errores y abusos. Hemos aprendido de ellos para no repetirlos. Aprendimos a gobernar en un contexto de transparencia, plena libertad de expresión y bajo la vigilancia de una sociedad cada vez más informada. Nuestro respeto a la democracia es absoluto porque somos demócratas.

–El «narco» es más fuerte ahora que hace seis años, cuando comenzó la guerra del Estado contra los cárteles de la droga. ¿Por qué?
–Desgraciadamente, a pesar de que en los últimos años se han conseguido algunos logros en la lucha contra los cárteles, el costo humano, social e incluso económico de la estrategia ha sido altísimo, doloroso e injustificable. Se han privilegiado los golpes de fuerza y la captura de capos sobre acciones quirúrgicas, basadas en labores de inteligencia, con un impacto más eficaz en el debilitamiento de los cárteles y en la protección de la población civil. Se ha generado una espiral de violencia alarmante: la tasa nacional de homicidios prácticamente se triplicó al pasar de 8 a 23 homicidios por cada 100.000 habitantes de 2007 a 2010. A pesar de las detenciones y decomisos, la droga sigue fluyendo, el consumo va en aumento y la violencia está desbordada.

–¿Cuál es su propuesta para combatir esta lacra?
–En mi Gobierno vamos a reformular la estrategia para crear una seguridad pública más democrática con un enfoque integral. Vamos a fortalecer la prevención del delito, rediseñar y profesionalizar los cuerpos policiales, aumentar la eficacia del sistema de justicia, modernizar el sistema penitenciario y focalizar las acciones del Gobierno federal para recuperar el control y reconstruir el tejido social en los municipios de mayor criminalidad.

–¿Es posible la desregulación de algunas drogas como alternativa para mitigar el narcotráfico?
–Sin duda debemos sostener un debate serio al respecto debido a la falta de resultados de la política antidrogas que se ha seguido en los últimos cincuenta años. Para obtener resultados, cualquier modificación deberá tener un enfoque regional, en el que participe necesariamente Estados Unidos, que es el principal consumidor de drogas. Personalmente, no creo que la desregulación de las drogas sea una solución viable para el problema que hoy enfrentamos. Considero que el centro del problema actual está en la debilidad de las instituciones y en la falta de oportunidades de movilidad social para los jóvenes de los países productores y de tránsito de drogas ilegales.

–¿El Ejército debe volver a sus cuarteles, retirarse de la lucha contra el narcotráfico?
–Las Fuerzas Armadas no están diseñadas para desempeñar funciones de seguridad pública. Sin embargo, su intervención en el combate contra el crimen organizado se hizo necesaria ante la falta de cuerpos policíacos debidamente capacitados. Debemos proponernos el retiro gradual de las Fuerzas Armadas y su sustitución por fuerzas civiles, pero antes debemos fortalecer, modernizar y profesionalizar a las policías. Con este objetivo he planteado una serie de propuestas, como la creación de policías estatales únicas, duplicar el cuerpo de élite de la Policía Federal y la creación de una Gendarmería Nacional. Este nuevo cuerpo de seguridad pública, de origen militar, pero bajo mando civil, deberá llevar a cabo tareas policiales en un marco legal.

–¿Qué opinión le merece la política de ajustes y reformas emprendidas por el Gobierno español?
–Más que expresar una opinión personal sobre un problema tan complejo, quisiera expresar mi solidaridad con el pueblo español y su Gobierno, y desear que las medidas adoptadas logren mitigar las dificultades que actualmente enfrentan en el panorama económico. Estoy seguro de que España sabrá recuperar muy pronto la senda del crecimiento.

–¿Qué aportan las empresas españolas a la economía mexicana?
–En México existen más de 3.600 firmas españolas que generan empleo y son fuentes de ingresos para las familias mexicanas. España es el segundo país que más invierte en México, sólo después de Estados Unidos. Tengo la confianza de que bajo mi Gobierno, estos flujos puedan aumentar de manera significativa.

–¿Cuáles son las reformas estructurales que quiere poner en marcha si llega al Gobierno de la República?
–México necesita concretar cuatro reformas cruciales para reactivar el crecimiento económico: la reforma energética, laboral, la reforma del sistema de seguridad social y la fiscal, que nos permita fortalecer la capacidad de acción del Estado

–¿Entrará más capital privado en la petrolera Pemex?
–Mi planteamiento es muy claro: consiste en permitir mayor inversión de la iniciativa privada en el sector energético, sin perder la gestión del Estado ni la propiedad de la nación sobre los yacimientos de hidrocarburos. Se trata de liberarnos de atavismos ideológicos y aprovechar mejor los recursos generados a partir de la riqueza natural, que es de todos los mexicanos.

–Brasil es el gran interlocutor de Iberoamérica. ¿Qué papel debe tener México en la región?
–La comparación con Brasil es uno de los síntomas más evidentes de nuestro rezago como actor internacional. En la última década, nuestra posición internacional se ha deteriorado como consecuencia del estancamiento económico, de la crisis de violencia y de una conducción vacilante de la política exterior. México necesita reposicionarse como potencia emergente.

–El 30% de la población son jóvenes en edad de votar. ¿Qué motivaciones cree que hay detrás del movimiento estudiantil de protesta denominado #YoSoy132?
–Me parece que los jóvenes están expresando un anhelo de mayor libertad y un justo reclamo por un mejor presente y perspectivas de futuro. Existe un gran descontento ante la falta de oportunidades y las condiciones en las que se encuentra el país. Además, demandan la consolidación de una democracia efectiva, en la que haya mayor apertura de los medios de comunicación, más transparencia, y más y mejores espacios de participación ciudadana. He seguido de cerca este movimiento y estoy atento a sus demandas y propuestas.

–¿Replanteará las relaciones con Estados Unidos?
–Debemos construir, con realismo y pragmatismo, una nueva agenda norteamericana, que nos permita pasar de la integración comercial que ya tenemos a una integración productiva, con más cooperación en todos los ámbitos, desde la indispensable colaboración en temas de seguridad, principalmente relacionados al fenómeno del crimen organizado transnacional, hasta la educación. También debemos dar un impulso decidido a proyectos estratégicos en sectores clave como el de las energías alternativas y las tecnologías de la información.

–Sus rivales le han atacado con dureza, pero no han conseguido apenas reducir la distancia que les separa en los sondeos.
–Yo no me distraigo con las estrategias de mis contendientes. Desde el principio de mi campaña tomé la decisión de apostar por un proyecto constructivo. Confío en pertinencia del proyecto de cambio responsable que represento; espero conquistar la confianza mayoritaria de los mexicanos para convertirme en el próximo presidente de la República y llevar a cabo las transformaciones que nos permitan recuperar la paz y la prosperidad.