Cantabria
Nuevo centro botín: el edificio respetuoso con la bahía de Santander «emprende el vuelo»
El día era nublado en Santander y la característica luz de la ciudad daba sensación de «estar suspendido». Así describe Renzo Piano lo que ha intentado plasmar en su diseño del Centro Botín, del que se acaba de poner la primera piedra. En un momento en que las inversiones escasean, el presidente de la Fundación Botín, Emilio Botín, y un nutrido grupo de asistentes recalcaban la que es ahora mismo la mayor inversión privada en una infraestructura cultural y educativa en España; su edificio costará 77 millones de euros, mientras que la inversión anual para la programación será de 12,5 millones.
Hace dos años que se comenzó a hablar de este proyecto y en este tiempo las críticas se han dejado sentir tanto en el acto de inauguración, con una sonada pitada, como en las diferentes modificaciones en los planes de la obra. Ante la cacerolada, más ruidosa que numerosa, Piano afirmó entender las opiniones desfavorables «como una forma de participación, un valor y no un problema», dijo. Quizá porque su vida en la Universidad italiana en los años siguientes al mayo francés le hayan curtido o por el rechazo inicial que provocó el centro Pompidou de París: «Tardé diez años para que me disculparan. Incluso me escondía en los taxis», explicó.
El arquitecto genovés no es nuevo en esto de trabajar con la luz y unir la ciudad y el mar. Pero con este centro, «suspendido y tolerante», dice, inaugura su trabajo a gran escala en nuestro país. Los 7.000 m2 de construcción quedarán divididos en dos volúmenes, a la izquierda la galería y a la derecha un auditorio, que se alzarán a cuatro metros por encima del suelo para liberar la planta baja para el uso público y no romper con el panorama ni la llegada de la luz de la bahía. La altura máxima, de 20 metros, no superará el techo de las copas de los árboles para no modificar el perfil urbano. Las principales modificaciones introducidas quedan definidas por un gran túnel de más de 200 metros de longitud, que soterrará el tráfico rodado, y la conexión de los vecinos jardines de Pereda con el mar. Atrás queda la primera pasarela que por el aire conectaría los jardines con el centro cultural, mientras que el área verde sumará 22.000 m2 a los 20.000 actuales y se eliminará el aparcamiento que separa a día de hoy el bulevar del mar. Dichas modificaciones suponen un tercio del coste final.
La bahía quedará enmarcada por este edificio transparente que ha renegado del acero y el cemento por la agresividad que estos materiales tendrían «con la luminosidad sutil de Santander». Otra concesión a la luz es la piel cerámica que recubrirá el edificio. Unas 360.000 piezas blancas, imitación madreperla, para llevar los reflejos del agua hasta el entorno y el interior de las galerías, mientras que el espacio intermedio entre los dos edificios se convertirá en una plaza interior multifuncional o «pinball», un área de pequeñas plazas y pasarelas bautizadas de este modo por el equipo.
Sostenibilidad
Piano define su preocupación social como sostenibilidad humana, comprendida en esta idea del edificio tolerante, adaptado a las voces discordantes y que gana 22.000 m2 de espacio verdes. En cuanto a la preocupación medioambiental, el arquitecto reconoce que no tiene sentido «incluir paneles fotovoltaicos; no es inteligente porque no hay suficiente sol» en Santander. Sin embargo, el equipo reinterpreta la geotermia con el uso del agua de mar para la reducción de las necesidades de climatización: «Las temperaturas del agua marina son 9 grados en invierno y 24 en verano. Esta temperatura gratuita del mar viene aprovechada en el sistema de calefacción, ventilación y aire acondicionado (sistema HVAC). También se utilizará para la producción de agua caliente en los baños», explica Simone Lafranconi, miembro del estudio.
Aún no hay datos sobre la reducción del consumo energético aunque considerarán este sistema geotérmico, más la doble fachada acristalada en las partes del edificio orientadas al sur: «El vacío entre las dos pieles reduce el exceso de calor estival, permitiendo la ventilación natural y un ahorro en el uso de aire acondicionado», explica Lafranconi. Por otro lado, los elemento cerámicos sobre las galerías capturarán sólo la luz proveniente del norte con un aporte de luz beneficioso para los cuadros expuestos y para la factura.
La bahía del futuro
La inauguración queda fijada para junio de 2014, año del 50 aniversario de la Fundación, aunque el presidente de OHL, la empresa encargada de la obra, ha anunciando su intención de adelantar cuatro meses, hasta el 28 de febrero, la conclusión de la obra. El estudio de Deloitte sobre la repercusión socioeconómica inspira a quienes sueñan con un posible efecto Bilbao del Centro sobre la ciudad, a saber: la creación de 650 empleos por temporada, otros 1.4000 en los dos años de construcción, 900 de ellos en la región de Cantabria y 200.000 visitantes anuales. La clave de la oposición parece estar en ese punto tan cacareado durante la presentación: el centro será el inicio de la transformación de la bahía, lo que sucederá como consecuencia del Plan Estratégico Santander 2020 y la mutación de la bahía de cara a los Mundiales de Vela de 2014 o el interés por convertir el puerto en una infraestructura con flujos internacionales de mercancías y pasajeros.
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