Ciencia y Tecnología

Polémica por el alcance y límites legales de la primera célula artificial

Los científicoscreen que el logro «es fascinante», pero discrepan de sus aplicaciones reales. 

Polémica por el alcance y límites legales de la primera célula artificial
Polémica por el alcance y límites legales de la primera célula artificiallarazon

MADRID/ROMA- El logro científico del padre del genoma, Craig Venter, creador de la primera célula artificial de la historia, ha generado polémica por el alcance real del avance y las limitaciones legales que habría que imponer en estos casos. Salvador Macip, científico y profesor de la universidad de Leicester, cree que el logro «es fascinante desde el punto de vista técnico, es un desafío, porque nadie había construido la unidad viva más pequeña, pero sus aplicaciones reales son limitadas». Es por esto por lo que no le ve más riesgos que a la manipulación genética que ya se viene realizando en los laboratorios, para lo que ya existe una normativa. Otra cuestión es que Craig Venter «es muy bueno haciendo publicidad de sus descubrimientos».Sin embargo, la Universitat de València (UV) opina que la obtención de células con genomas sintéticos permitirá avanzar en áreas como la salud, la energía o el medio ambiente. Así lo cree el catedrático de Genética de la UV, Andrés Moya, quien también ha subrayado que la llamada «célula sintética» implica «un paso adelante para conseguir la vida artificial porque permite sintetizar un genoma a la carta emulando uno que ya existe».No obstante, Andrés Moya asegura que todavía existen retos futuros para lograr que este protocolo creado por el Instituto Craig Venter sea «versátil» y permita, por ejemplo, insertar un genoma sintético en cualquier célula receptora. Impacto en la industriaCarlos Alonso Bedate, miembro del Comité de Bioética de España, sostiene que el logro de Venter «abre las puertas para desarrollar sistemas biológicos que antes no existían por el hecho de que ya se pueda programar una bacteria que genéticamente realice las funciones que nosotros queremos, pero son funciones muy elementales». Sin embargo, ha mostrado preocupación por la falta de normativa concreta que regule logros científicos de estas características. «Ahora que podemos desarrollar organismos artificiales complejos que no están sujetos al control de la selección natural, ¿podemos controlar ese proceso?», se pregunta.En su opinión, este avance «va a tener más impacto en el campo industrial».La célula sintética no ha pasado desapercibida para la Iglesia. De hecho, en el Vaticano el experimento genético del científico estadounidense Craig Venter ha provocado cierto estupor.«L'Osservatore Romano», el diario de la Santa Sede, informa de la noticia en primera página con un artículo titulado «Un excelente motor, pero no es la vida». El rotativo dirigido por Giovanni Maria Vian sostiene que, «más allá de llamamientos y de titulares de periódicos, se ha obtenido un resultado interesante que puede tener aplicaciones y que debe tener reglas, como todas las cosas que tocan el corazón de la vida». Escribe «L'Osservatore Romano» que estamos frente a un trabajo de ingeniería genética «de alto nivel», con posibles aplicaciones muy positivas, «como la cura de las enfermedades cromosomáticas» pero que, en realidad, «no se ha creado la vida, sino que se ha sustituido uno de sus motores», precisa. El artículo del diario vaticano tiene también en cuenta los riesgos que se abren con la nueva tecnología lograda por Venter. Advierte de que se trata de un terreno muy frágil en el que «el medio y la manipulación juegan un papel que no debe ser infravalorado».El asunto tampoco ha pasado desapercibido para el presidente estadounidense, Barack Obama, que ha pedido a la Comisión Presidencial para el Estudio de los Asuntos de Bioética que analice las implicaciones éticas del descubrimiento y sus riesgos.