Bruselas

Fariñas: «No os dejéis engañar por los cantos de sirena»

«Nada ha cambiado en el cruel régimen comunista», sostiene el disidente cubano en un mensaje grabado.

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Con sus 23 huelgas de hambre, la última de cinco meses (tras la muerte de su compañero de lucha Orlando Zapata el pasado febrero), que le colocó al borde de la muerte, Guillermo Fariñas se ha convertido en el rostro de la oposición al régimen comunista de Cuba. Así lo reconoció ayer el Parlamento Europeo, que entregó al periodista el Premio Sajarov a la libertad de conciencia. Sin embargo, los eurodiputados se tuvieron que conformar con su voz, ya que el presidente cubano, Raúl Castro, no le permitió viajar a Estrasburgo, a pesar de la presión del presidente de la Eurocámara, Jerzy Buzek.

Su mensaje sí llegó alto y claro hasta esa silla vacía en el medio de la cámara: «El hecho de no poder salir y regresar voluntariamente a Cuba es el testimonio más fehaciente de que por infortunio nada ha cambiado en el sistema autocrático de mi país», dijo Fariñas. Por eso el opositor pidió a los europeos que «no se dejen engañar por los cantos de sirena» de un «cruel régimen» de «comunismo salvaje».

Las palabras del representante de la disidencia fueron un mensaje directo contra la pretensión española de continuar el proceso de acercamiento a Cuba que, por insistencia de nuestro país, ha conseguido que los Veintisiete permitan a la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, contactos exploratorios para un nuevo marco de relaciones.

A pesar de que el propio Fariñas señaló que su ausencia es la prueba de que nada ha cambiado, la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, señaló la víspera que son cuestiones diferentes, y para probar que el régimen está mutando recordó la liberación de 54 prisioneros políticos.

Ayer, Fariñas indicó que «sería un error pensar que [los encarcelados] fueron puestos en libertad», ya que han sido sometidos a un «destierro psicológico», la gran mayoría liberados a cambio de ser enviados a España.

Durante la ceremonia también estuvo presente Ashton, que ha mantenido un perfil bajo en los días previos y no se ha sumado a la petición de Buzek para que Castro permitiera viajar a Fariñas. La británica debía haber presentado el pasado lunes un informe con las conclusiones de sus contactos con La Habana. Pero la presentación se ha pospuesto para enero, ya que, según fuentes diplomáticas, los contactos siguen, salvando a Ashton de tener que dar su opinión en vísperas del firme rechazo de la disidencia.

En su discurso grabado, Fariñas pidió ayer a la UE «no ceder ante las pretensiones de la élite gubernamental cubana», cuya «única aspiración» es que los europeos levanten la Posición Común «tras aparentar supuestos cambios». Esta posición, impulsada en el seno de la Unión por José María Aznar y en vigor desde1996, condiciona el avance de las relaciones al progreso en el campo de los derechos humanos y la democracia. Su eliminación es una obsesión para los Castro y fue una prioridad para el ex canciller Miguel Ángel Moratinos que, sin poder salvar la oposición de alemanes, checos, polacos o suecos, arrancó los contactos exploratorios dirigidos por Ashton.

Fariñas fijó ayer el listón de la disidencia para que los europeos normalicen las relaciones con Cuba: liberación sin destierro de todos los presos políticos, además de no más encarcelaciones políticas; suprimir las palizas y amenazas a los opositores pacíficos; eliminar las leyes contrarias a los derechos humanos, creación de partidos políticos opositores, prensa libre y sindicatos independientes, y permitir a la diáspora participar en la vida pública.

El compromiso del Parlamento Europeo con la disidencia es firme, y ha entregado el Premio Sajarov en sus 22 años en tres ocasiones a los opositores cubanos: Oswaldo Payá (2002), las Damas de Blanco (2005), además de Fariñas. El régimen castrista tampoco permitió a las Damas de Blanco recoger su galardón.