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«En la alimentación hay mucho oscurantismo»

Si algún periodista conoce bien los Servicios Secretos españoles es Fernando Rueda. De hecho, ha escrito varios libros de investigación sobre el tema. Ahora nos viene con una novela, por supuesto de espías, «La voz del pasado», una historia de ficción que nos sirve para conocer de cerca los interiores del CNI, tanto que incluso nos describe el despacho del director: paredes de color vainilla y sin cuadros porque están prohibidos en el centro.

«En la alimentación hay mucho oscurantismo»
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Q¿Qué va a encontrarse el lector cuando abra «La voz del pasado»?
-Una novela de espionaje que tiene varias cosas peculiares. En primer lugar la protagonista es una mujer a la que coloco como directora del CNI, y en segundo lugar aprovecho la ficción para contar la historia del espionaje español desde la guerra civil hasta ahora.
-¿Ya había servicios secretos en la Guerra Civil?
-Sí. El republicano era malísimo porque se dedicaban a espiarse a ellos mismos más que al enemigo; el del otro bando también era muy malo, pero al menos investigaba a los contrarios.
- ¿Hay muchas mujeres en el espionaje español?
-El CNI tiene unos 3.000 agentes de los cuales una de cada tres son mujeres.
-Pero ninguna ha llegado a directora como la protagonista de tu novela.
-En el servicio secreto español hay dos puestos que nunca han sido ocupados por mujeres, el de director y el de director de operaciones. Ahora bien, en estos momentos está Elena Sánchez que es la secretaria general y acumula un enorme poder sobre todo el CNI.
-¿Aparece algún personaje real en su historia?
-Sólo uno, Kim Philby. Lo meto por dos razones, primero porque es mi espía favorito, y después porque estuvo en la guerra de España como corresponsal del Times, aunque en realidad lo que hizo fue espiar para los rusos. Pero fíjate la habilidad que tenía que consiguió que el propio Franco le impusiera la medalla al mérito militar con distintivo rojo.
-¿Es Philby el espía más conocido de la historia?
-No lo sé, pero sí que es el único que ha estado treinta años engañando al servicio secreto británico, que es de los mejores del mundo, como topo de los rusos. Y eso que llevaba una vida desordenada porque era un mujeriego empedernido y un borracho crónico.
-¿A qué nivel se encuentran los espías españoles?
-Desde finales de los ochenta el nivel de nuestro servicio secreto es altísimo, tanto en elementos técnicos como en preparación de los agentes. Podemos decir que no somos la CIA, el KGB o el MOSSAD, pero estamos en un segundo escalón muy importante.
-Estamos en la era de la domótica, ¿una casa domotizada puede servir para que no le espíen?
-En España hay un montón de casas que están domotizadas por el CNI sin que lo sepan sus dueños. Quiero decir con esto que hay algunos hogares sospechosos que están cuajados de cámaras, micrófonos y demás aparatos que permiten conocer la vida de sus habitantes de cabo a rabo, y esto ellos no lo saben. Pero, contestando a tu pregunta, mientras más aparatos inteligentes tenga tu casa a ellos les resulta más fácil vigilarte porque se trata sólo de pinchar.
-¿Sabe que hay alimentos como las gambas o las verduras que vienen de fuera, que son irradiados, con rayos gamma para que se mantengan en buen estado más tiempo?
-No lo sabia, sobre todo porque existe un oscurantismo con cantidad de temas como la alimentación porque los gobiernos no nos protegen lo suficiente. Deberían obligar a que estas cosas se conozcan y que aparezca la información en la etiqueta. Lo importante es dar toda la información, luego que cada uno haga lo que quiera.