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Un nuevo engaño por Daniel Portero
Aquellos que, desde las filas socialistas, nos han querido vender que ETA ha dejado las armas, los explosivos y que es una organización en decadencia deberían hacer una profunda reflexión sobre sus declaraciones públicas. Políticos como Patxi López, Rubalcaba, Madina o Antonio Camacho –que han trasladado un nuevo engaño a la sociedad de que ETA ha desaparecido y que debemos llorar de alegría por su «final»– deben pedir perdón a las víctimas del terrorismo y a su electorado.
La detención de tres etarras armados y con material explosivo en las cercanías de París no hace más que confirmar lo que comenzamos a sospechar en junio de 2011 con la detención del etarra Iñaki Domínguez. ETA sigue muy viva y con intención de volver a matar. No tiene sentido que se diga que ha cesado definitivamente su actividad armada y que cada vez que hay una detención se incaute abundante material para fabricar explosivos. No tiene explicación alguna que llevemos un falso año de tregua y los detenidos de la operación de París hayan sido reclutados y formados militarmente en ETA durante la última tregua.
El Gobierno tiene que mantenerse alerta y no caer en la propaganda electoral que nos vendieron Patxi López y el Gobierno de Zapatero. No hay fin de ETA mientras no acabemos con ellos por medios policiales y judiciales. No hay posibilidad de acercamientos de presos porque ello generaría una mayor cohesión entre sus militantes y simpatizantes. No puede haber equiparación de víctimas del terrorismo con los muertos de ETA en enfrentamientos policiales porque es su estrategia para hacer ver que siempre hubo un mal llamado «conflicto entre dos partes». Algunos seguiremos alerta y aplicando la ley para que ETA tenga su verdadero final: la cárcel.
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