Astronomía
Investigadores rusos capturan por fin la «sonrisa del sol»
Jamás veremos una sonrisa más ancha: de punta a punta del "labio", 600.000 kilómetros. Ni unos ojos tan grandes para acompañarla: 200.000 kilómetros de diámetro. Un instituto de Física ruso ha divulgado la sorprendente imagen del astro rey lanzando una mirada cómplice a la Tierra. Pero su buen humor dura poco.
Como si de un padre protector se tratara, el Sol contempla a la Tierra, desde tan lejos, con una mirada cómplice que parece decir muchas más cosas. Hasta ahora nunca lo había hecho, o al menos nadie lo había retratado de esta forma. La Luna ya no es la única que "sonríe"a la Tierra.Tantos millones de horas de observación han dado un resultado inesperado. Investigadores del Instituto ruso de Física "Lébedev", un organismo dedicado a la investigación de la actividad solar, han hecho pública la aparición de un gigantesco icono de una sonrisa formada en la superficie del Sol, causada por las variaciones del campo magnético.Este fenómeno, en sí, no tiene consecuencias, pero sí ha servido para enternecer a los fríos científicos rusos y reivindicar ante el mundo el papel de este astro en un campo como el del romanticismo en el que, hasta ahora, nada tenía que competir con la Luna."Nos ha tocado vivir al lado de un astro bastante apacible y algo despreocupado a juzgar por los ojos dilatados y la expresión de la cara", señala el Instituto en una nota de prensa. Poco que envidiar, por tanto, al influjo que ejerce el satélite de la Tierra entre los lunáticos."Los campos magnéticos del Sol forman una sonrisa que mide unos 600.000 kilómetros, y unos ojos que tienen 200.000 kilómetros de diámetro. Las áreas negras corresponden a los campos del polo negativo, y las blancas, a los del positivo. Y como las pupilas del Sol superan cuatro veces el diámetro de la Tierra, sí que uno puede hundirse en lo profundo de estos ojos", explica el laboratorio de astronomía de rayos X de este centro de investigación.Por desgracia, el buen humor del Sol es sólo temporal, lo que tarda el astro en ponerse de espaldas a la Tierra. Pero el instante, al menos para los científicos, ha merecido la pena.Las imágenes con el "rostro"del Sol fueron obtenidas por el telescopio espacial Solar Dynamics Observatory (SDO) de la NASA y recogidas por el Instituto Lébedev en su página web, una especie de balcón privilegiado para contemplar el sol, en tiempo real, como nunca lo había visto.
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