Portugal

Los guardianes del secreto

¿Conocía algún dirigente del PSOE el secreto de Zapatero? Pues aunque les parezca increíble en las filas socialistas por una vez supieron guardar silencio, a pesar de la presión informativa.

El presidente José Luis Rodríguez Zapatero y su esposa, Sonsoles Espinosa
El presidente José Luis Rodríguez Zapatero y su esposa, Sonsoles Espinosalarazon

Madrid- En efecto, cuatro personas habían sido informadas de la decisión del presidente: Manuel Chaves, José Blanco, Marcelino Iglesias y Alfredo Pérez Rubalcaba. Los cuatro estuvieron reunidos con el presidente del Gobierno la noche del lunes, y fue entonces cuando éste les trasladó su decisión de no optar a un tercer mandato. A partir de aquella noche, todos se conjuraron no ya para que no trascendiera la determinación del presidente –que así se lo había pedido explícitamente– sino para contribuir a la especulación y el despiste. También el presidente del Gobierno.

Durante toda la semana, se sucedieron almuerzos, reuniones, conversaciones y cenas a dos, tres y cuatro bandas entre los confidentes. Felipe González era el quinto hombre de este sanedrín que compartió el secreto. El otrora presidente del Gobeirno almorzó el pasado jueves con el secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias, para conocer el pulso del partido, pero días antes había mantenido alguna conversación con Zapatero sobre su retirada y la conveniencia de hacerla pública cuanto antes. González era partidario de la decisión que finalmente se ha adoptado. Y, según fuentes de la dirección del partido, su opinión ha sido muy determinante en el anuncio que finalmente hizo ayer Zapatero.

El presidente tenía decidido hacer pública su decisión el 2 de abril desde hace meses, sin embargo, un cúmulo de circunstancias frenaron en seco sus planes: la guerra de Libia, las filtraciones sobre su sucesión, la división interna del PSOE, pero sobre todo el temor a que la situación económica de Portugal situase de nuevo a España en el objetivo de los especuladores. Una vez salvado el peligro de los mercados financieros y con el aval de la Comisión Europea a las nuevas reforms económicas de España, Zapatero decidió retomar su inicial hoja de ruta, y comunicársela al sanedrín socialista, al que arrancó el compromiso de no trasladar su decisión ni siquiera a los barones del PSOE.

Y en efecto ninguno de ellos conocía los planes ni los tiempos del presidente, a pesar de que durante toda la semana algunos cruzaron llamadas con Zapatero y con varios de los «guardianes» del secreto. El presidente no quería más filtraciones, pero tampoco hacer partícipes a quienes durante meses le han presionado para que hiciera pública su decisión antes del 22-M. El malestar con varios de ellos es notable, a pesar de que ayer dijo en público que los afectos seguían intactos.