Espectáculo en San Mamés (3-3)

Puede que esta Liga sea tan sólo de dos equipos (Real Madrid y Barça), pero ayer en San Mamés, el Athletic y el Espanyol demostraron por qué esta competición es la mejor del mundo. Ambos equipos protagonizaron un duelo trepidante, con un ida y vuelta constante, que hizo olvidar a los aficionados de San Mamés durante noventa minutos la ola de frío presente en todos los terrenos de juego del fútbol español.
De Marcos adelantó al Athletic, pero el Espanyol no estaba dispuesto a rendirse. Y con buen juego, sin amilanarse, los de Pochettino empataron. Golazo de Romaric que dejó titubeante a un Athletic que es fiel a los deseos de Bielsa y todo lo hace a través del buen toque y la combinación. Así se llegó al descanso, pero pronto Weis (min 48) rompió las hostilidades con otro golazo y el partido creció de tono.
El Athletic se fue al ataque. Quiso y pudo. Apareció la cabeza de Llorente –sigue en racha– para empatar. Y minutos después fue la de Javi Martínez, tras un saque de esquina, la que devolvió a los rojiblancos la senda victoriosa. Sin embargo, el Espanyol no se conformaba y procuraba responder con un juego fluido, con intención y buenas ideas. Pochettino movió el banquillo y fueron dos de los que salieron los que fabricaron el empate cuando San Mamés celebraba el triunfo. Una combinación entre Uche –debutante ayer– y Albín la mandó el uruguayo a la red para certificar un empate que premiaba los méritos de unos y otros. Seis goles, emoción, un partidazo en una tarde para el recuerdo.