Navarra

La arrogancia de Garzón causa lástima

La Razón
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La humildad nunca figuró entre las virtudes de Baltasar Garzón, pero cabía esperar que tras ser expulsado de la Judicatura por prevaricador rebajaría sus humos de grandeza. Pero no. Sigue mirándose el ombligo y no duda en acusar a un alto cargo de Interior de poner en peligro su seguridad por haber «revelado» que sólo tiene un escolta. No es verdad. Quien hizo pública tal reducción fueron sus amigos, que la publicaron hace semanas con todo lujo de detalles, tal vez para suscitar airadas reacciones. Como no las hubo, Garzón vuelve a la carga a ver si alguien se fija en él.
 

La confesión de un etarra arrepentido
Joseba Koldo Martín Karmona formó parte de un comando de ETA, por lo que cumple una larga pena de prisión. Pero se arrepintió y ha sufrido por ello las presiones de la banda, que le tacha de enfermo mental y hasta de suicida frustrado. No han podido con él y, ayer, inculpó en un juicio a otro terrorista por un atentado con bomba perpetrado en Lejona (Vizcaya) en 1993. Lo sucedido pone de manifiesto los beneficios de la división en el seno de la banda asesina.
 

Rubalcaba y su rebelión contra Rajoy
Enardecido por la investidura de Griñán como presidente de Andalucía, Rubalcaba ha tocado a rebato para que las demás autonomías no gobernadas por el PP se sumen a la rebelión contra el Gobierno de Rajoy, al que acusa de practicar el «sadismo político». Curiosa definición en boca de quien practica el masoquismo político al contar con comunidades en las que el PSOE está de prestado (Navarra y Canarias) o depende del propio PP (País Vasco). No hay autocastigo más patológico que hacerse trampas al solitario.