Levante U.D.
Era Pascua
En Pascua, los padrinos valencianos regalan la mona a sus ahijados. El Valencia vio llegar gente joven, nueva en la plaza, y se tomó la obligación de apadrinarla como en Pascua.
Guaita regaló la primera mona a Benzema. Mathieu obsequió la segunda a Higuaín y Kaká recibió la cuarta. Se fueron al descanso con la merienda pascuera bajo el brazo. Después tuvieron mona y longaniza. El completo.
Con tanto agasajo era natural que los madridistas jugaran como en casa, crearan jugadas de gol constantemente y ganaran todas las acciones en carrera y en disputa del balón. A los valencianistas les faltó orden en la defensa, cohesión en el centro del campo y tensión en todo el equipo. El Madrid tuvo facilidad para atacar y lo hizo al contragolpe, pero también jugando el balón con buen toque y desmarques oportunos.
Unai Emery repitió alineación por primera vez en ochenta partidos y para mal. La defensa valencianista es lo más flojo del equipo y el centro, falto de Albelda, no impone firmeza.
Se suponía que con tal alineación Mourinho tiraba definitivamente la Liga porque lo más interesante para él es la copa europea. Con siete jugadores con categoría de titulares, aunque viven más en la suplencia, le dio una lección al Valencia.
El tercer clasificado de la Liga fue un buen padrino. El Real Madrid mantuvo imagen de equipo que va a mejor hacia el final de temporada. Los tres goles valencianistas mejoraron su imagen, pero el público salió abochornado. Hacía años que el Valencia no daba tan pobre estampa.
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