Murcia

«Y los fue enviando» por Luis Emilio Pascual

La Razón
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En pleno verano, cuando el calor aprieta y sólo pensamos en descansar y dejar a un lado las preocupaciones y las tareas, resulta que la liturgia de este domingo nos pone las pilas porque nos presenta dos palabras clave: elección y misión. Dios elige a Amós y lo envía a profetizar a la casa de Israel. Jesús envía a los Doce, que previamente había elegido para estar con él, a predicar la conversión: «Los llamó… y los fue enviando…». Es la permanente misión «ad gentes», llevada a cabo no por especialistas apoyados en técnicas publicitarias sino a través de hombres y mujeres sencillos, como el profeta Amós - «pastor y cultivador de higos»-. Y les envió «con autoridad sobre los poderes del mal», pobres de poderes humanos, apoyados sólo con el bastón de caminantes, sin pan, ni alforja, ni túnica de repuesto. De dos en dos.

Expertos en marketing, estrategas evangelizadoras, interminables reuniones de pastoral… para ver cómo llegar a los alejados, cómo hacer. ¡Horas perdidas! Porque la clave no está en qué decir, cuándo evangelizar, cómo evangelizar, dónde evangelizar o quién evangeliza. Es todo más sencillo: «cuenta lo que el Señor ha hecho contigo… cuenta que Jesucristo ha muerto y ha resucitado por todos y que a todos ama con su gran corazón, y les invita a la conversión, a seguirlo y a conocerlo». El evangelizador, hoy, se pasea por calles y plazas, por oficinas y fábricas, por los lugares de diversión y los centros de estudio… Su sola presencia es ya un testimonio, y su palabra transmite lo que ha experimentado en sus encuentros con el Señor. Éste es el destino, la misión de todo hijo de Dios, de todo bautizado, de ti y de mí; nos lo dice San Pablo en el bellísimo himno cristológico con el que comienza la carta a los Efesios: «Él nos eligió… nos ha destinado por pura iniciativa suya… Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria».

¿No es un derecho de todo hombre conocer esta Buena Noticia? ¿No es un deber nuestro, que la hemos conocido, experimentado y gozado, darla a conocer? La respuesta se llama: «urgencia de evangelizar». La tuvieron los primeros apóstoles, la tuvo Francisco Javier, la tenía Juan Pablo II, a ella nos invita Benedicto XVI con el próximo Año de la Fe, la tienen tantos creyentes hoy que, solos o en familia, están dispuestos a dejar casa, tierra, comodidad… por anunciar el Amor de Dios al hombre. La tienen los tres sacerdotes que están siendo ordenados en nuestra diócesis este mes de Julio. Un pueblo en camino.

En medio del relax veraniego la liturgia de hoy nos plantea un reto: Dios nos amó, nos eligió, nos perdonó y nos dio a conocer su proyecto salvador para luego salir al mundo a darlo a conocer. Esperar, por cobardía o por pereza, es olvidar el por qué del ser Iglesia y perder toda perspectiva evangelizadora.
 

 

Luis Emilio Pascual
Capellán de la UCAM