«Acero puro»: Puños fuera

«Toro salvaje», «Marcado por el odio», «Más dura será la caída»... Ha dado tantas veladas memorables en la gran pantalla el boxeo que ahora resulta incomprensible o, hablando claro, muy injusto que Shawn Levy («Noche en el museo», «Doce en casa», «La pantera rosa»... o sea, cine de encargo, chispa más o menos) haya decidido ahora suplir a los seres humanos por robots para la práctica de este noble arte en un futuro pegado a nuestros talones con el fin de contar una historia que cabalga enloquecida entre «Campeón» (visto el panorama, aquella lacrimógena película hoy resultaría incluso fuertecilla) y «Transformers», aunque el resultado final recuerde sobre todo a «Mazinger Z», la famosa serie de los 70. El macizo y caricato Hugh Jackman (que no acaba todavía de convencer como actor) lidera el reparto aunque el niño que interpreta a al hijo del personaje le robe más de un primer plano. No mencionamos antes al buen tuntún el filme dirigido por Franco Zeffirelli: al igual que aquélla, la película narra cómo un tipo inestable y con espíritu de perdedor aventajado intenta recuperar el cariño y la admiración de su vástago. Entre medias, mucha cacharrería fina, algún que otro puñetazo atinado, la chica dura de turno enamorada del protagonista (y quién no...), un japonés con cara de mala uva que lidera el negocio de las luchas mecanizadas y poco donde agarrarse en una producción que, sin embargo, está arrasando allá por tierras americanas. Triste pero cierto: a esta sociedad hasta el pugilismo le parece ya políticamente incorrecto.