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Un cumpleaños agridulce por Carmen Henríquez

La Razón
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No son de muchas celebraciones los miembros de la Familia Real española. Cuando se pregunta al Palacio de la Zarzuela que cómo van a pasar el Rey, la Reina o los Príncipes el día de su cumpleaños, la respuesta siempre es la misma: no va a haber celebración especial, seguirán con su trabajo institucional y, como mucho, habrá una pequeña reunión familiar. Y eso es lo que hizo don Juan Carlos ayer, día de su 74 cumpleaños, trabajar en su despacho, recibir al nuevo JEMAD, almirante Fernando García Sánchez, en vísperas de la celebración de la Pascua Militar, y compartir con los suyos un almuerzo familiar. Es verdad que este año el Rey no está para muchas fiestas. En primer lugar, por la honda preocupación que le causa la dura situación económica española que cada día lleva al paro a varios cientos de trabajadores. Una sangría que no cesa, que afecta a cientos de miles de familias y a la cual no parece fácil hacer frente y cortarla de raíz. En segundo lugar, por el cada día más abultado número de cargos que se acumulan contra el marido de la Infanta Cristina. Una situación que todavía va a hacer pasar momentos dolorosos a toda la familia, que siente un rechazo frontal a toda actividad fraudulenta pero que no puede dejar de lado el cariño que, por encima de todo, une a los Reyes y a sus hijos. El balance del año que acaba de terminar es agridulce. Bueno es que hayan quedado atrás las molestias por las lesiones de rodilla y del tendón de Aquiles de las que el Rey se encuentra muy recuperado. También que don Juan Carlos haya sentido el cariño y el apoyo de millones de ciudadanos que han querido respaldar al monarca en estos momentos difíciles.

El Rey, sin embargo, se dedica ahora a mirar hacia delante con firmeza, dispuesto a seguir en la brecha y demostrar que lo que le interesa es que los españoles le sientan próximo y cercano. Dentro de diez días, entregará el Toisón de oro al presidente Sarkozy en una ceremonia solemne en el Palacio Real de Madrid. Una actividad oficial que marca un año en el que también hay fechas familiares señaladas como el 50 aniversario del matrimonio de los Reyes, bodas de oro de aquella joven pareja que unió su destino un 14 de mayo en Atenas.