Cataluña

Rajoy sabe a dónde va por Pilar Ferrer

La Razón
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Dice un veterano dirigente del PP, muy próximo a La Moncloa, que la principal cualidad de Mariano Rajoy cuando el escenario se torna adverso es que ni se inmuta. En política funciona con «sangre de horchata», ironiza. Bien lo ha demostrado tras su entrevista con Artur Mas, cuyos delirios nacionalistas empiezan a espantar a las grandes empresas catalanas y otras extranjeras allí afincadas. El presidente del Gobierno, fiel a su discurso, comenta en Roma que el señor Mas nunca le habló de independencia y no varía un ápice el guión: ley, constitución, reforma de la financiación autonómica.

Este fin de semana, la familia popular tiene morbo. En Galicia coinciden líderes de tronío. A la boda del hijo mayor de Alberto Ruiz-Gallardón acuden José María Aznar, Mariano Rajoy, Alberto Núñez-Feijóo y el propio padre del casado.

Hete aquí al anterior y actual jefe del gobierno y el partido, al candidato gallego y al histórico «verso suelto» que, en este momento, ya no lo es tanto. Un auténtico club de políticos pragmáticos, con experiencia y frialdad. Ninguno de ellos claudica ante el chantaje nacionalista. Ni siquiera Feijóo, que maneja el equilibrio entre sentimiento y razón en uno de los llamados territorios históricos.
En esta semana de infarto, y las que se avecinan, Rajoy sabe bien a dónde va. En Galicia, desde luego. En Europa, también. Y en el Congreso, sin dudarlo. Por ello trasladó a Artur Mas la idea de llevar su soberanismo fiscal al Parlamento. Recuérdese el Plan Ibarretxe, así se hizo y salió trasquilado por los votos. Sabedor del apoyo de Rubalcaba en este asunto, el presidente actuó con ventaja. Lástima que Mas, en su victimismo, no hubiera previsto que se puede jugar a una Cataluña distinta, pero no distante.