Singapur

Interferencias en Singapur por José Santos

La Razón
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Esta ciudad es diferente. Salimos del circuito como de los «after», no ya de día, sino con el sol calentando; vamos andando al hotel paseando junto al río con unas vistas de los rascacielos impresionantes tratando de adivinar si el ruido de motor del coche que va a pasar es un Ferrari, un Lamborghini u otro aparato caro y hace un calor húmedo peor que en una sauna.

Entre las curiosidades también destacaría que hay un detector de metales para controlar las mochilas del personal a la entrada del «paddock». Que los miércoles o jueves hay que salir del «box» para que hagan inspecciones con perros en busca de bombas levantando las tapas de las alcantarillas que luego sellan con precintos. Otra de las curiosidades de correr en un circuito urbano son las interferencias electromagnéticas que causan las líneas de alta tensión a la salida de la curva 13, que hacen que algunos de los sensores del monoplaza produzcan ruido eléctrico a veces con nefastas consecuencias, como la que provocó la retirada de Webber en Red Bull en 2008. Según algunos son líneas del metro que circula junto a la pista. Los coches de calle suelen estar más protegidos por el entorno en el que se mueven. En Madrid hubiese sido más improbable en las últimas semanas debido a las huelgas.

Y también sería un entorno especial para una carrera urbana. En el caso de Hamilton, todo apunta que el aceite que se veía salir del cambio confirma un fallo más mecánico que eléctrico, aunque incluso más inoportuno. Ahora el campeonato vuelve a ser un mano a mano entre Red Bull y Ferrari.

 

Ingeniero de F-1. Trabajó en Midland, McLaren y ahora en HRT