España

La vida sigue igual

La Razón
La RazónLa Razón

ETA filtró ayer al diario Batasuno «Gara» ese comunicado tan largamente esperado como deseado por Rubalcaba y que supone un auténtico balón de oxígeno para la banda como para el propio PSOE. La banda terrorista entra, así, por sus reales, en plena campaña electoral ante los comicios del 20-N, como viene siendo habitual desde su sangrienta fundación hace ya medio siglo. ETA sabe mejor que nadie de su estado actual, de su tremenda debilidad, de sus comandos diezmados y detenidos, pero, sobre todo, sabe de lo que se le viene encima, que no es otra cosa que su liquidación por derribo. Ante semejante horizonte se convocó la pantomima de la «conferencia de paz», a la que sólo asistieron Gerry Adams, y casi solo por obligación, y el oscuro Kofi Annan. Vaya por delante que no hablo del color de su piel, pues tengo muchos amigos negros más honrados que él, que permitió las violaciones de los cascos azules en Ruanda y Burundi y el saqueo a las arcas de Naciones Unidad siendo justamente él su secretario general. «Conferencia esta de paz» que, dicho sea de paso, se ha convertido en un nuevo insulto a las víctimas de los más de mil asesinados por la violencia terrorista que ahora nos presentan como un «anacronismo europeo» que debíamos superar, mientras los que ahora enarbolan el falaz argumento miraban para otro lado en todos estos años.
Pues bien, así arranca el comunicado de los terroristas que ayer aparecieron encapuchados ante las cámaras de televisión, con una clara mención a esa «Conferencia Internacional», una excusa para acogerse a ella como un clavo ardiendo, pero nada más. Dicen que la «apoyan amplios sectores de la sociedad vasca y la comunidad internacional», como si la sociedad vasca fueran los doscientos mil abertzales y la comunidad internacional Gerry Adams y Kofi Annan. Ni lo uno, ni lo otro. Son dos despistados pasados de moda que se dejaron caer el otro día por San Sebastián. Y nada más.
Dicen en el segundo de los siete párrafos del comunicado que «En Euskal Herria se está abriendo un nuevo tiempo político». Menos mal que aún les queda algo de lucidez, porque eso lo saben hasta los mongoles. Pero añaden que «la voluntad popular debe prevalecer sobre la imposición». De nuevo la miopía, porque quien se impone es ETA a sus víctimas con la pistola humeante y la amenaza y el terror a más de trescientos mil vascos que han tenido que huir de su propia tierra.
El tercer párrafo es, sencillamente, demoledor. Veamos: «La crudeza de la lucha se ha llevado a muchas compañeras/os para siempre. Otro siguen en la cárcel y el exilio y, para ellos, nuestro reconocimiento y homenaje». De las víctimas ni una sola mención, ni una sola palabra, ni un solo perdón. Sólo sufren los suyos, exiliados ellos en los países de los dictadores Chávez y Castro mientras toman el sol y devanean con las mulatas entre mojito y mojito. El cuarto párrafo es un brindis al sol. Señala la banda que eso es fruto de su experiencia y que seguirán por ese camino -¿cuál?- en un futuro.
Y en el quinto llega el desparrame. Todo es posible si Francia y España se avienen a negociar «directamente» con ellos la resolución del conflicto, porque si no lo hacen, pero eso no lo dicen, seguirán por el camino que ya conocen desde hace 50 años. Y acaban, finalmente, llamando a esa sociedad vasca que citan en el párrafo primero como quien respalda su decisión, a que apoye este proceso abierto por los terroristas para construir un escenario de paz y libertad. ¡Gora Euskadi ta Askatuta (ETA) e Independentzía! Más claro, H2O.
ETA sabe que no sobrevivirá a un gobierno del PP, por eso lanza la bengala en pleno naufragio. La banda terrorista no tiene ánimo de pedir perdón a las víctimas, que no solo despreció con la connivencia de Adams y Annan, sino que lo reitera con su abominable comunicado de ayer. Sabe ETA y su corte de partidos que gracias al PSOE han llegado a las instituciones vascas, y que ello les ha permitido manejar centenares de millones de euros. Y saben, también, que no existe otro modo de hacerlo, por eso debe apoyar no la solución al conflicto, sino la solución del PSOE, porque si no lo hacen están liquidados. Hablan de negociar con Francia, cuando Sarkozy ya les ha cerrado los santuarios que permitió Chirac. Como reza la canción de Julio Iglesias, «La vida sigue igual» excepto, claro, para el PSOE, que recibe un claro respaldo a su política antiterrorista, que dicho en román paladino no consiste en otra cosa que en ceder al chantaje de los propios terroristas.
La solución, por clara, no puede ser aceptada por ETA, una solución a ese problema que pasa por el alto incondicional del fuego, la entrega de las armas, el pedir perdón a las víctimas, el abandonar cualquier fórmula de expresión política que no excluya la violencia, la extorsión, la amenaza y la falta de respeto al adversario político. Una solución que pasa, por admitir los errores, permitir la reconciliación, facilitar a las víctimas homenajear a los suyos sin miedo a ser abucheados, insultados o agredidos, cuando no profanar sus propias tumbas. El camino es bien sencillo. Pero el PSOE es rehén de ETA y está cautivo en su propio espejismo, justo lo contrario de lo que se precisa para acabar con esa lacra.