El actor secundario Rossi

ALCAÑIZ- Valentino ha dejado de ser Rossi para convertirse en uno más. El vigente campeón de MotoGP, ganador de nueve títulos y, posiblemente, el mejor piloto de la historia está triste. ¿La razón? Hace demasiado tiempo que no consigue lo que más feliz le hace: ir rápido en moto y ganar. Ha cambiado su sonrisa permanente por un gesto serio y sus respuestas a los periodistas son más cortas y menos ingeniosas. Está acostumbrado a ser el mejor, pero ahora tiene a varios pilotos por delante, que disfrutan de la lucha por la victoria mientras él se consume a sus espaldas.
Sólo ganó en el estreno en Qatar, para después entrar en el desierto. Asegura que es tan difícil para él adaptarse a su nueva y cruda realidad como imaginarse sumando una nueva victoria antes de cambiar de equipo. Ayer, nada más obtener el séptimo lugar de la parrilla, movía la cabeza diciendo que no, que no sabe encontrar el camino de salida a su situación: «Físicamente no estoy bien, ni lo voy a estar de aquí al final. Con lo que me ha pasado en el hombro y la pierna no puedo pensar que lo que me sucede sea por culpa de mi adiós a Yamaha».
«Il dottore» no es el de siempre, es un actor secundario que va a participar en el desenlace del Mundial de MotoGP interpretando un papel insulso y prescindible. A estas alturas de curso, lo habitual para él en la última década era saber cuántos puntos necesitaba para proclamarse matemáticamente vencedor, o los que debía remontar para superar al líder del momento. Ahora, en lo que va camino de ser la peor hoja de su extenso currículum y con seis carreras todavía por disputar, sólo le quedan las migajas. Lorenzo y Pedrosa son los únicos aspirantes al título, mientras que «Vale» debe conformarse con mirar: «¿Que quién prefiero que gane el Mundial? Hombre, soy muy amigo de Dani, aunque si finalmente se lo lleva Lorenzo será merecido porque ha hecho un buen trabajo». Con este tipo de preguntas, a Rossi más que el hombro o la pierna, le duele el orgullo.
Le resulta extraño opinar de las cuestiones importantes desde fuera, pero su grandeza de campeón le da para lanzarle un guiño a su compañero de equipo: «No necesitará mi ayuda, porque tiene muchos puntos de ventaja. En cualquier caso, si llega la última carrera y le hago falta para algo, no tendré ningún problema en echarle una mano». No parece que Jorge vaya a necesitar nada desde el otro lado del muro que divide el box de Yamaha, aunque no deja de repetir que su moto no tiene tanta potencia como la Ducati de Stoner, «pole position» ayer en Motorland, y la Honda de Pedrosa, tercero en la clasificación. «Pierdo algunos metros en las rectas y en la salida de las curvas lentas que luego son difíciles de recuperar», se quejaba el mallorquín, que espera un propulsor más poderoso para Japón.
q Elías, muy lejos; Márquez, impresionante. Iannone hizo el mejor tiempo en Moto2, con el líder de la categoría muy alejado de la cabeza (12º). Toni tiene un cómodo colchón de seguridad al frente de la clasificación y puede tomárselo con calma. En 125, Márquez se paseó. Su ritmo está fuera del alcance del resto, incluido su gran rival, Nico Terol, que fue tercero a más de medio segundo.

Más honores para Tomizawa
El Mundial de motociclismo no se ha olvidado ni un minuto de Tomizawa en todo el fin de semana. Después de que todos los pilotos pusieran pegatinas en honor a su compañero en alguna parte de su moto, Jorge Lorenzo estrenó ayer un casco decorado con los mismos motivos que lucía el piloto japonés: «Me parecía el mejor homenaje que le podía hacer. Creo que le hubiese gustado ver este detalle. Antes de hacerlo pedí permiso a la familia y me dijeron que adelante». Hoy, antes de las carreras, toda la familia de las motos guardará un minuto de silencio en la recta de meta de Motorland, como colofón final a la larga lista de honores que le han dedicado. El viernes, en la reunión de la comisión de seguridad, los pilotos debatieron sobre las causas del accidente de «Tomi» y sobre la conveniencia o no de suprimir la hierba artificial en la que derrapó su moto.