Estados Unidos
Los conductores obesos tienen más riesgo de morir en un accidente
Los conductores con obesidad moderada tienen un 21 por ciento más de riesgo de morir en un accidente de tráfico que el resto de la población, mientras que los obesos mórbidos duplican (56%) este riesgo. Sorprendentemente, las personas que están en su peso ideal y por debajo presentan un mayor riesgo de no sobrevivir en estos choques que los conductores que muestran un ligero sobrepeso.
Así lo demuestra un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Búfalo, en Estados Unidos, publicado en la edición 'on line' de 'American Journal of Emergency Medicine', cuyo autor principal es Dietrich Jehle, profesor de Medicina de Urgencias de la Facultad de Medicina y Ciencias Biomédicas de Búfalo.
Según explica Jehle, "la severidad y los patrones de las heridas que se producen en un accidente dependen de una compleja interacción de factores biomecánicos, entre los que se incluye la velocidad de deceleración y el impacto, el cinturón de seguridad y el uso del 'airbag', el tipo de vehículo y su peso y el impacto".
Sin embargo, "hasta ahora no se había valorado el efecto de la masa corporal sobre los resultados de los accidentes en base a talla o el control de algunos de estos confusos factores". "Los test con maniquíes que se realizan en los coches han salvado vidas y proporcionado datos de gran valor sobre cómo el cuerpo humano reacciona a los choques", explica.
"Estos maniquíes están diseñados para representar a individuos con un peso normal. Si representaran a los individuos con sobrepeso propios de la sociedad americana, se conseguirían mayores avances en el diseño de los vehículos que podrían hacer descender la mortalidad por accidente de tráfico", ha asegurado.
El equipo de Jehle investigó la relación entre la masa corporal del conductor y su riesgo de morir en un accidente de tráfico observando los datos del sistema de registro nacional de fallecimientos FARS, donde se incluyen los accidentes de vehículos provocaron la muerte de un ocupante del vehículo o un no-motorista".
De un total de 168.049 conductores implicados en estos accidentes e incluidos en esta base, 155.584 reunieron los criterios para su inclusión en el análisis. Después fueron divididos, en base a su índice de masa corporal (IMC), entre personas delgadas, normales, con sobrepeso, ligeramente obesas, moderadamente obesas y obesos mórbidos.
Los accidentes graves ocurridos entre los años 2000 y 2005 en los que se vieron involucrados uno o dos vehículos fueron estudiados en el análisis. Las muertes que consideraron relacionadas con el choque ocurrieron en los 30 días posteriores, como aquellas que se produjeron después de una operación, que también se incluyeron.
Los resultados del estudio demostraron que los conductores con obesidad presentaban un riesgo de morir en accidente de tráfico significativamente mayor que los que tenían un peso normal, con independencia de si eran hombres o mujeres.
En base a estos datos, Jehle sugirió varios cambios que podrían salvar vidas, como extender la longitud de los cinturones de seguridad, una medida que "podría ser útil", así como la de animar a los individuos con obesidad moderada o mórbida a comprar vehículos más grandes, con más espacio entre el asiento del conductor y la columna de dirección.
"También recomendamos que los fabricantes de coches diseñen y prueben el interior de los vehículos con maniquíes obesos, de los que no se disponen en la actualidad, además de probar los maniquíes masculinos con el percentil 50", respecto al peso y la altura, ha apuntado, añadiendo que colocar 'airbags' en los cinturones podría proteger a los individuos delgados o en su peso ideal.
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