Daniel Ortiz: «En la política sobra palabrería y falta acción»

–Ha heredado la alcaldía. ¿Se siente un príncipe?
–No, para nada. He heredado una ciudad, no un reino.

–Se ha resaltado que es el alcalde más joven entre las ciudades de más de 200.000 habitantes. ¿Esa es su mayor virtud?
–No. Ser joven es algo pasajero, lo cura el tiempo. Quisiera tener otras virtudes: ser eficaz, responsable y resolutivo, por ejemplo.

–Dijo alguien que la juventud sería el estado ideal si llegara un poco más tarde...
–Sí. A mí me ha llegado teñida de responsabilidad. He sido siempre el responsable de mi familia y con 22 años ya era concejal de Móstoles.

–Dijo Rajoy a los suyos: «Deberéis defender decisiones que no nos gustarán». ¿Sabe ya qué le tocará defender que no le va a gustar?
–Intuyo que los ajustes, los recortes, no nos gustan, pero son necesarios.

–Malos tiempos para ser político: sólo pueden dar malas noticias...
–Es verdad. Pero también es un gran reto. Es el momento de sacar lo mejor de uno mismo.

–¿Le parece bien castigar penalmente al gestor público manirroto?
–Sí, me parece bien, pero esa propuesta admite matices.

–Era profesor de Derecho Financiero. Parece que los que nos han llevado a la ruina no han pagado ni pagarán...
–Sí, sólo ha ocurrido en Islandia. Es poco. No se puede pasar página como si no hubiera ocurrido nada.

–Por cierto, ¿se ha recortado algo a sí mismo?
–Mi sueldo se ha reducido un 20 por ciento.

–La actual crisis, dice, exige a los políticos hacer más con menos. ¿Eso es magia o ilusionismo?
–Es creatividad. En la política sobre palabrería y falta acción.

–Fue voluntario de la Cruz Roja. Tiene cara de haber sido siempre buen chico...
–Esa imagen se corresponde con la realidad, aunque habrá gente que desde que soy alcalde dirá que no lo soy.

–En fin, ¿qué quiere ser cuando sea mayor?
–Alcalde de Móstoles.

–Tampoco está mal jubilarse con 56 millones de euros...