Venezuela

Marcos de Quinto: «Es cierto la Coca-Cola evita que patine el embrague»

Que uno sea presidente de Coca-Cola en nuestro país no implica que sólo pueda catar las burbujas en su versión clásica, Light o Zero. De hecho, Marcos de Quinto elabora en casa su propio vino en los huecos que le deja su agenda, en un sótano desde el que se escucha el cacareo de algunas gallinas que cría en un pequeño corral. Elogio a lo artesanal en medio del universo de la producción en cadena para el hombre que dirige en nuestro país la multinacional de las multinacionales. 

Marcos de Quinto, apasionado del mundo del motor, empuja un Citröen vintage que él mismo ha restaurado
Marcos de Quinto, apasionado del mundo del motor, empuja un Citröen vintage que él mismo ha restauradolarazon

–Hoy por hoy da la sensación de que el presidente de Coca-Cola tiene más margen de maniobra en lo económico que el presidente del Gobierno…
–Cualquier presidente del Gobierno tiene muchísima más influencia en nuestro país y en nuestros destinos para bien y para mal. A fin de cuentas y en última instancia, todos tenemos un jefe. En una compañía, quien está al frente se debe a sus accionistas; en una multinacional, a su casa matriz… Y un presidente del Gobierno se debe a los ciudadanos, no sólo a sus votantes. Lo que ocurre es que con este mundo globalizado todos tienen una casa matriz, que es la economía mundial, que dicta mucho y a la que toca supeditarse. Así, en la medida en la que un Gobierno ofrece buenos resultados, es menos dependiente de las presiones externas y su autonomía es mayor.

–Pero esta crisis deja a cualquiera maniatado.
–Las cosas no van a volver a ser como fueron. Más que una salida de las crisis, tenemos que adaptarnos a vivir dentro de las nuevas circunstancias. El problema es cuando cambian las circunstancias y quieres mantener la mentalidad y el nivel de vida de antes. Si se logra esto, al menos la sensación de crisis se eliminará.

–Coca-Cola es casi una cuestión de Estado, al menos para Hugo Chávez, que la ha declarado anticonstitucional en Venezuela. ¿Es más peligrosa que el Estatut?
–Eso es parte de la magia de Coca-Cola. Se han dicho multitud de leyendas urbanas, pero decir que es anticonstitucional es, cuanto menos, novedoso.

–No lo es tanto el rumor de que sirve para desatascar las tuberías... ¿Es un cliché universal?
–Y más ahora, que todo llega a cualquier punto de planeta. Coca-Cola tiene usos espectaculares, y algunas de esas leyendas son ciertas…

–¿Por ejemplo?
–Lo de desatascar tornillos no lo he probado, pero en el París Dakar, cuando los embragues se fatigan y empiezan a patinar por la arena, muchos corredores abren el depósito y echan Coca-Cola al embrague ante una situación de emergencia. Gracias al azúcar de la bebida, evita que patinen y les permite llegar al menos al campamento.

–Aficionado al Dakar, pero hasta en el desierto le persigue su marca…
–Te aseguro que en el desierto del Serengeti, en Mauritania, no hay Coca-cola. Aun así, la suelo llevar en mi nevera en el coche.

–¿Y en el diccionario de la RAE? ¿Debería entrar?
–Hay notables académicos como Luis María Ansón que son fanáticos de Coca-Cola. Debería incluirse como sinónimo de felicidad, no sólo con la acepción de bebida refrescante. ¡Qué ridículo queda cuando alguien suelta aquello de «una refrescante bebida de cola» para no nombrarla!

–En esta sociedad cada vez más se evita llamar las cosas por su nombre…
–Es una especie de un pudor no demasiado inteligente. Es como si se pensara que se está haciendo publicidad de algo por nombrarlo y que eso es malo. Llamar a El Corte Inglés como tal y no utilizar grandes almacenes no es publicidad, significa que forma parte de la vida cotidiana.

–Como Belén Esteban. ¿Qué le parece como producto?
–Es un fenómeno que nació en televisión, pero que traspasa la televisión. La tengo en un altísimo respeto, como a cualquier otro ser humano. Además tiene valentía y tira siempre para adelante. Y eso siempre es digno de admirar.

–Más que de televisión, a usted le tira Twitter.
–Cuando estás en un puesto directivo es importante pisar la calle, no perder la conexión con la realidad. El problema es que ahora hay muchas calles y Twitter es una de ellas, que permite pulsar lo que la gente opina y dice.

–Pero eso implica exponerse…
–No puedo quejarme. No tengo un equipo detrás que escriba. Lo hago en tiempo real, intento ser respetuoso en mis opiniones y, salvo contadas opiniones, también lo son conmigo.

–Recuerdo uno en el que puso los puntos sobre las íes a Telefónica por sus despidos en tiempos de bonanza.
–No pongo los puntos sobre las íes a nadie, y menos al presidente de Telefónica. Todos los empresarios hacemos cosas más o menos acertadas y no debería ser tabú que se pudiera comentar sobre ello. No creo en el corporativismo a ciegas…

–Le acusaron incluso de alinearse con los «indignados».
–En el inicio del 15-M, había un descontento que aglutinaba posiciones muy diversas, con personas de todo el arco político suscribiendo las propuestas que inicialmente se ponían encima de la mesa, como la revisión de la Ley Electoral, la regeneración política y separación real de los tres poderes. El problema es que acabó sesgándose y degenerando.

–¿Y qué queda ahora de todo eso?
–La gente que tiene más tiempo y que chilla más suele apropiarse de las cosas. Hay muchos moderados que siguen suscribiendo los planteamientos iniciales, pero no están dispuestos a levantar la voz en una asamblea.

–En esas asambleas se ataca a Coca-Cola por colaborar con la JMJ…
–Cada vez que hay una reunión multitudinaria y pacífica, desde unos Juegos Olímpicos al Festival de Benicassim, nuestros embotelladores con su infraestructuras intentan poNer al alcance de las personas el producto, máxime cuando estos actos suceden en verano. Pero de ahí a decir que patrocinamos al Papa, no entramos en mayores disquisiciones. Coca-Cola no tiene religión. Las críticas tan beligerantes y virulentas que están concentrando determinados grupos sobre Coca-Cola por patrocinar la JMJ son de una intransigencia y cortedad de miras que me sorprenden.

–Es un blanco fácil…
–Para los malos tiradores. Coca-Cola es tan grande, que si disparas siempre aciertas porque está en todas partes. Si uno quiere tener notoriedad, meterse con algo grande, estás tratando de que eso grande haga también grande tu reivindicación.

–Más enemigos: hay quien me regaña por mezclar ron añejo con Coca-Cola. Defiéndame.
–Todo es legítimo. Es respetable que haya quien vea sacrílega esta mezcla como el que cree que lo es a la inversa.

-Su marca cambió la iconografía de Santa Claus. ¿Para cuándo el rediseño de los Reyes Magos?
-Hay un montón de iconos sin caras Pérez, o con muchas caras. Por ejemplo, reyes de bastos hay 3.000, pero a todos nos viene el de Heraclio Fournier. Con Santa Claus, no nos hemos querido apropiar de él, pero a base de plantearlo así, se ha convertido en icono. Sin embargo, nadie pone cara al Ratoncito Pérez, es uno de los grandes misterios. Pero te aseguro que si una pasta de dientes pusiera una imagen de él continuamente en su publicidad, dentro de unas generaciones tendría una cara específica.