Un encuentro con las cuentas claras

Organizar esta JMJ ha costado poco más de 50 millones de euros, un presupuesto que se ha cubierto gracias a las inscripciones de los peregrinos (70%) y a las donaciones de particulares y patrocinadores (30%). «Hay señoras mayores que nos han escrito para donarnos los ahorros de todo un año, otros han prestado sus oficinas, los voluntarios han regalado su tiempo...», recapitulaba el director ejecutivo de la JMJ, Yago de la Cierva.

Sin embargo, hacer referencia al dicho popular «lo comido por lo servido», implicaría quedarse corto, pues aportará unos 100 millones de euros a la economía española, teniendo en cuenta que en sólo una semana nuestro país acogerá el 1% de todos los turistas del año. Prueba de ello es que, frente a otros agostos de secano donde la ocupación hotelera de la capital no supera el 40%, del 15 al 21 se superará el 70%.

De hecho, el responsable financiero insistió en que, no sólo las administraciones públicas no financianarán la visita Papal–no le cuesta ni un euro al contribuyente–, sino que «el resultado neto para ellas va a ser sin duda beneficioso y hará una aportación a la reducción del déficit. Es una tremenda oportunidad para la economía española». «Podemos expandir la marca Madrid y la marca España a todo el mundo, y eso no es únicamente una labor del comité organizador», subrayó Javier Sobrino, director de planificación de la JMJ, que tiene claro el mensaje que puede lanzar nuestro país a través del encuentro: «España puede acoger a mucha gente y hacer grandes cosas».

Para aquellos que siempre cuestionan la gestión de los fondos de la Iglesia, la JMJ ha querido poner en manos de la auditora PriceWaterhouseCoopers cada uno de los movimientos, además de sacar a concurso público los contratos más cuantiosos del encuentro, por ejemplo, el cátering que ofrecerá el pic-nic en Cuatro Vientos.

Sobre el uso de las instalaciones públicas como los alojamientos del peregrinos, una de las pocas bazas que usan PSOE e IU para atacar al Aguirre y Ruiz-Gallardón, Barriocanal matizó que «son de todos, creyentes o no; están al servicio del interés general y nos hacemos cargo de su uso». ¿Y sobre los gastos de seguridad que genera la visita del Papa? Para este dardo que lanza un día sí otro también el 15-M, Barriocanal también tuvo ayer respuesta: «En cualquier evento de nuestro país, como la liga de fútbol, tiene que haber un dispositivo policial, sanitario, pero ¿se evalúa cuánto cuesta? No lo sé, pero nadie se lo pregunta, todo el mundo sabe que el Estado tiene la obligación de garantizarlos». Precisamente, sobre la manifestación del 17 de agosto planeada por los «indignados», los «anti-Papa» y los colectivos gays, De la Cierva aseguró que «no tiene nada que decir», pues el orden público «no depende de la JMJ, sino de la Delegación del Gobierno. Madrid es enorme y hay sitio para todos».

Jóvenes pacíficos y prudentes
En cualquier caso, indicó que los jóvenes de la JMJ son «sumamente pacíficos y prudentes» y que en los 25 años que lleva celebrándose este evento, «jamás han causado ningún problema, ni de orden público ni de orden privado». Incluso, se da la circunstancia de que en anteriores JMJ la tasa de criminalidad desciende durante esos días en la ciudad que la acoge. Aun así, Yago de la Cierva pidió disculpas a «todos aquellos que se han quedado sin vacaciones». El director ejecutivo de la JMJ también agradeció a las administraciones implicadas –Gobierno, Comunidad y Ayuntamiento- «que no han colaborado a regañadientes, sino con un gran entusiasmo».

«Nos vemos en Madrid»
Más de 700 jóvenes venidos de Argentina, Chile o Colombia gritaron ayer al Papa «Nos vemos en Madrid» en la audiencia que tuvo lugar ayer en la residencia de Castel Gandolfo, durante la cual el Pontífice recordó que la próxima semana tendrá lugar la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Madrid y saludó a algunos grupos que se encuentran en Roma de camino a la capital española. Los jóvenes ovacionaron al Papa en varias ocasiones, ante lo cual el Pontífice respondió con un «gracias» en español. Benedicto XVI invitó a los fieles a «cultivar también el silencio interior, que dispone al recogimiento, a la meditación y a la oración» para favorecer el progreso esperitual mediante la escucha de la voz de Dios.