Londres

McCartney a la tercera

Se casó ayer en Londres con la estadounidense Nancy Shevell en la que fue su tercera boda, celebrada el día en que John Lennon hubiera cumplido 71 años.

McCartney y Nancy, ayer, tras darse el «sí quiero» en un lugar especial (donde el ex Beatle se casó con Linda) y en una simbólica fecha (el cumpleaños de John Lennon)
McCartney y Nancy, ayer, tras darse el «sí quiero» en un lugar especial (donde el ex Beatle se casó con Linda) y en una simbólica fecha (el cumpleaños de John Lennon)larazon

Está claro que el lema que rige la vida de Paul McCartney es «All You Need Is Love». Romántico empedernido, el ex Beatle volvió ayer a ponerse el anillo de casado.Y ya van tres bodas. El músico, de 69 años, contrajo matrimonio civil con Nancy Shevell, de 52, una rica heredera estadounidense con la que llevaba saliendo cuatro años. La pareja se comprometió a principios de este año, pero tras el anuncio, pocos datos más se sabían del enlace. No fue hasta el sábado, cuando empezaron a llegar camiones con motivos florales y botellas de champán a la casa que el músico posee en el barrio de St.John's Wood, al norte de Londres, cuando estuvo claro que la ansiada foto que perseguían los paparazzis era cuestión de horas.

Eso sí, los novios quisieron jugar al despiste. El sábado por la mañana, los dos se metieron en un coche hacia un destino desconocido. Todo el mundo esperaba que la parada fuera un salón de belleza, pero no. «Sir» Paul y su prometida pasaron la mañana en un gimnasio. No fue hasta pasadas las cinco de la tarde cuando la pareja salió de su domicilio rumbo al registro civil de Marylebone de la capital británica para darse el «sí quiero». El lugar de la ceremonia fue muy significativo para el artista, ya que allí se casó en 1969 con su primera mujer, Linda, fallecida de cáncer de mama en 1998. La fecha también era bastante simbólica. Ayer habría sido el cumpleaños de otro ex Beatle, el fallecido John Lennon, que hubiera cumplido 71 años.
Para su boda, McCartney apostó por un traje oscuro con camisa blanca y corbata azul. Ella eligió un elegante vestido corto abotonado y ajustado a la cintura. Lo adornó con un sencillo «bouquet» y un discreto tocado floral blanco en la cabeza. Los zapatos, unas sandalias con apenas tacón. Según la Prensa británica, el modelo era de Stella McCartney, la hija diseñadora del músico, quien también habría elegido el menú vegetariano que se ofreció luego a los invitados.

El regalo: una canción inédita
La pareja se convirtió en marido y mujer en una sencilla ceremonia a la que asistieron tan sólo 30 personas, entre ellas, Ringo Starr y su mujer, Barbara Bach, y los cinco hijos de McCartney. Tras el «sí quiero» y el saludo a los fans, la fiesta continuó en la casa del músico. Y aunque en el banquete ofrecieron a sus invitados champán Dumangin, a 26.50 libras la botella, nada tuvo que ver con la ostentosa celebración de su segunda boda, en la que se gastó casi dos millones de euros. En esta ceremonia, la opulencia fue en romanticismo. El novio recordó a su primera esposa y dedicó a Nancy una canción compuesta exclusivamente para ella. A petición de la novia sonaron también el emblemático «Let It Be», que él le cantó durante sus primeras vacaciones juntos, y «Let Me Roll It», cuya letra dice: «Me diste amor en la palma de mi mano».

 

Sin separación de bienes
La vida sentimental de Paul McCartney no ha sido un camino de rosas. Casado en primeras nupcias con Linda Eastman (en la foto derecha, en su multitudinaria boda con el ex Beatle), se quedó viudo en 1998, después de que su esposa falleciese de cáncer. Después llegó Heather Mills (a la izqa.), quien, tras seis años de relación se divorció de él llevándose en los bolsillos más de 30 millones de euros. A pesar de todo, McCartney tiene fe en el amor y con Nancy tampoco ha firmado separación de bienes. Parece que no le hará falta: entre los dos suman más de 700 millones de libras.