Afganistán
Chacón: cómo llevar los pantalones
Se ha convertido en el centro de todas las miradas y su estilo, aunque formal, tampoco pasa desapercibido.
Hace justo una semana que Carme Chacón se convirtió en la mujer más perseguida, observada y cuestionada del Ejecutivo. La renuncia de José Luis Rodríguez Zapatero a presentarse a las próximas elecciones generales colocaban a la ministra de Defensa en un puesto destacado de la «línea sucesoria». Eso sí, compartido con el vicepresidente y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. A nivel político, la pugna entre ambos parece inevitable, aun cuando ninguno se ha manifestado públicamente al respecto. Pero Chacón ha conseguido, sin pretenderlo, volver a ser el centro de todas las miradas. Desde que ocupara la cartera de Vivienda allá en el 2007 ya se reflejaba que llevaba muy bien puestos los pantalones. Un año después volvía a demostrarlo luciendo embarazo en Líbano y Afganistán, no sólo como la primera ministra de Defensa de la historia de España, sino por su avanzada gestación.
Meses después de dar a luz se enfundó en unos pantalones multibolsillos y una chaqueta «waterproof» y cogía un avión de madrugada destino Afganistán o Irak, mordía el polvo del desierto, alentaba a nuestras tropas y, con las mismas, regresaba a casa a tiempo de acostar a su pequeño hijo Miquel. Y todo ello sin despeinarse, pese a que no está entre sus «misiones» ser «fashion» o estilosa. Tan sólo correcta, formal, actual, profesional y con credibilidad, sea cual sea la ocasión.
Sus mejores armas
La sumisión a las tendencias de moda no van con ella. No se doblega. Prefiere la comodidad formal y actualizada que requieren sus funciones antes que dar titulares en una revista de moda. Pero esto no significa que no cuide al milímetro su forma de vestirse, peinarse y maquillarse. De hecho, el dominio de sus «looks» es una de mejores armas. Y gana.
Cometió algún desliz en su primera etapa como ministra, con inapropiados vestidos de raso lucidos de día o esas gafas de montura al aire que tanto le gustan (si las cambiara por unas de pasta sin duda saldría beneficiada). Pero son muchos sus triunfos estéticos. Y en gran parte gracias a su pasión por el pantalón, que luce en el 90% de sus apariciones públicas, incluso en ésas en las que se recomienda etiqueta de gala (recordemos que el protocolo nunca «obliga», sino que «recomienda» o «aconseja»). Hablamos de la Pascua Militar, cuya celebración tiene lugar el 6 de enero y que en su edición de 2009, la primera para Chacón como responsable de Defensa, desató una enérgica polémica. ¿Cómo se atrevía a llevar un pantalón? Respuesta de los expertos en protocolo: el pantalón es equivalente al traje largo.
Por tanto, optar por él no supone en ningún caso incumplir el protocolo. Tan claro lo tenía la ministra que en las siguientes dos Pascuas Militares ha recurrido de nuevo a su prenda fetiche. Y siempre acompañado de un maquillaje y peinado muy elaborados, lo que da muestra de su esfuerzo por lograr el «look» más perfecto para sus funciones. Ella adapta el protocolo a su realidad. Y no al contrario. Incluso en la celebración de este año combinó su traje negro con una blusa en raso color maquillaje 100% tendencia. Una anécdota: Giorgio Armani y el tándem Dolce&Gabbana son algunos de los diseñadores que han apoyado la forma de vestir de la ministra.
No así numerosos foros y comentaristas «despistados» que la tachan de poco femenina y de aún menos elegante. Y es que ella no es, ni mucho menos pretender ser, una primera dama como Michelle Obama o Carla Bruni. Es ministra; ministra de Defensa. Y aunque mujer ante todo, su trabajo actual requiere una imagen seria, solemne, austera y, sobre todo, que dé garantías y credibilidad.
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