Los Ángeles
De la Iglesia entona el «mea culpa»
Pide hacer «mejor cine» en la gala de nominados a los Goya
Por suerte para todos, pocos dijeron aquello de «estar nominado para mí es ya un premio». Álex de la Iglesia traía un guión más fresco. Ni Casillas ni Vargas Llosa podrán asistir a la Gala de los Goya, que celebra el 25 aniversario de la Academia de Cine. «Iker Casillas tiene partido, pero le apetecía mucho», dijo el director de cine, que en cambio no pudo anunciar la reconciliación de la institución con José Luis Garci. «Estamos en ello», reveló De la Iglesia, que el año pasado obró el milagro y logró que Pedro Almodóvar entregase un premio en la gala «por pura insistencia». En todo caso, el bilbaíno, uno de los favoritos por «Balada triste de trompeta», aseguró ayer que la promoción de la cinta le roba horas que no puede dedicar a la Academia.
Una obligación y una alegría
Una de las protagonistas de la recepción matinal en la sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid fue precisamente Carolina Bang, actriz de «Balada...», que compartió protagonismo con Natasha Yarovenko, candidata por «Habitación en Roma», foco de todas las miradas por un vestido corto y tacones rojos. Otra de las más buscadas era Belén Rueda, muy discreta con una blusa blanca, y nominada por «Los ojos de Julia» como mejor actriz protagonista, que definió la gala de los Goya como una reunión de parentesco: «Igual que llegan las navidades y tienes que ver a la familia. Al principio es una obligación ir, y al final te alegras y te apetece muchísimo».
Icíar Bollaín, directora de otra de las favoritas («También la lluvia»), vicepresidenta de la Academia y gran rival de De la Iglesia por ser la más premiada en la gala, no ocultó que mira de reojo a Los Ángeles, y que por los Oscar y los Goya se encuentra «en un sinvivir». «Estoy feliz pero un poquito sin dormir –bromeó–. Me encuentro atacada, porque desde septiembre esto es un no parar. Los Goya estarán muy reñidos y creo que es posible estar en el Kodak [teatro donde se entregan los Oscar], pero ya veremos. De momento, tomo mucha valeriana», añadió.
Por su parte, Rodrigo Cortés (director de «Buried») ya ha digerido el éxito y comenzado a preproducir su tercer largometraje, «Red Lights». Ayer tenía claro que no se llevará el premio a la mejor película. «Estoy más preparado para aplaudir que para recoger galardones», aseguró. El cuarto en discordia por número de candidaturas, el director de «Pa negre», Agustí Villaronga, reconoció que para él fue una sorpresa aspirar nada menos que a catorce candidaturas. Al margen de muchos problemas entre los asistentes para pronunciar correctamente el título de la película en catalán, hubo alguna queja porque mucha gente de la profesión no ha podido verla por su escasa distribución fuera de las grandes capitales. Para Villaronga, su historia cumple con el modelo de «ciertas películas que no son las más vistas pero que a veces dejan un poso en el público». También hubo quien se acordó de sus favoritos para discrepar de las nominaciones, como el actor Karra Elejalde (candidato a mejor actor de reparto dando vida a Cristóbal Colón en «También la lluvia»), para el que «es incomprensible que ‘‘Biutiful'' no esté entre las aspirantes a mejor película».
Así que la suerte está echada hasta la noche del domingo 13 de febrero por primera vez en el Teatro Real, cuando se repartan los «cabezones», con un último deseo por parte del presidente de la Academia. «Me gustaría que los Goya estuvieran muy repartidos por la cuenta que me tiene. Ya ha sido suficientemente problemático que recibiera tantas nominaciones (15). Me encantaría que el premio fuera lo más repartido posible, por el amor de Dios», repitió con ironía. «Aunque, qué diablos, tampoco lo he hecho mal».
«No conectamos con el público»
«Conmigo, el cine español va peor». Así matizó Álex de la Iglesia en tono de broma lo que antes había dicho bien en serio. «Tenemos que hacer mejores películas. Tal vez no lo hayamos hecho demasiado bien, y yo, el primero. Este año, nuestro trabajo no ha conectado tanto con el público como habríamos querido, lo sentimos muchísimo», dijo en un tono reflexivo que pocos esperaban en lo que prometía una fiesta. «Deberemos hacer un esfuerzo mayor para llegar a nuestros espectadores». El director de «Balada triste de trompeta», que no ha logrado el resultado esperado en taquilla, reconoció que toda la sociedad «pasa por momentos difíciles. No nos quejamos más, ni sufrimos más, ni se nos debe ayudar más. Lo que pasa es que se nos ve más».
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