Francia
Nuevo «aire holandés» por Cristina Barrios
Lo normal es que, cuando cambian los líderes en el poder con personas o partidos, cambien las políticas. Francia es sin duda uno de los países más poderosos de la Unión Europea, y por eso, la Presidencia de Hollande implicará cambios. Pero Angela Merkel todavía resiste, y la austeridad tiene muchos partidarios y muy legítimos. Los mercados castigarán a Francia, como primera reacción, y si la Unión Europea se echa atrás con el Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza se criticará su falta de credibilidad, y el euro también sufrirá. Hay que esperar que el nuevo presidente marque el tono más conciliador.
Pero es en realidad saludable que las expresiones de los europeos afecten la política europea: por fin algo normal en la tierra de la democracia. Muchos europeos han protestado contra la asfixia de las políticas fiscales, y Europa no ha escuchado. Los gobiernos españoles, como otros, han tenido poco margen de maniobra. El presidente Rajoy puede en realidad aprovechar un poco del «aire holandés», tanto de Hollande, como de los Países Bajos donde se están redebatiendo las medidas europeas y alinearse con el crecimiento. La verdadera normalización será que no sólo los franceses, sino todos los europeos, pudieran cambiar Europa con sus votos, y que en vez de que gobierne tanto la Europa de algunas naciones estuvieran mandando las naciones de los pueblos de toda Europa.
Cristina Barrios
Investigadora de Fride y profesora asistente en la Escuela de Negocios ESCP Europa
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