Debate Estado Nación
Escondido
La mañana del sábado el Gobierno anunció por escrito a los medios que José Luis Rodríguez Zapatero comparecería en rueda de Prensa para proclamar el estado de alarma y la militarización de los controladores. Fue mayúscula la sorpresa cuando el que apareció fue Alfredo Pérez Rubalcaba. La adopción de una medida castrense en un régimen democrático parece exigir la presencia y la explicación pública del jefe de Gobierno. La decisión de la comparecencia de Rodríguez Zapatero estaba tomada, como demuestra el despacho enviado a los medios de comunicación, negro sobre blanco. ¿Qué pasó para que el vicepresidente primero sustituyese al jefe en el transcurso de unos minutos? ¿Qué consideraciones pesaron en el ánimo del presidente para parapetarse detrás de su segundo? Tan sólo se me ocurre que no quería dar al acto el peso correspondiente.
Se trataba de quitar hierro al hecho indiscutible de que un dirigente de izquierdas hubiese recurrido en España a medidas militares. Algo así como afirmar ante el mundo: sale el segundo de a bordo, porque de segundas es la medida. Como la decisión fue grave, el truco no sólo no ha funcionado, sino que ha dejado en evidencia a un presidente encantado de esconderse detrás de otros, se llamen María Teresa Fernández de la Vega o Alfredo Pérez Rubalcaba. Hay cosas que un dirigente no puede delegar ni disimular, y ésta era una de ellas. Ha sido patético y revela la debilidad de un hombre que no toma decisiones, aplaza problemas y evita anunciar lo inevitable. Es un perfil peligroso para un país con problemas grandes.
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