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La crisis engordó las arcas sindicales por CCarmen Gurruchaga

La Razón
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UGT y CC OO, que haciendo honor al dicho de «la unión hace la fuerza» llevan a cabo todas las iniciativas de forma conjunta, han anunciado que la cita de este Primero de Mayo será más combativa que en años anteriores, lo que no es difícil, pues durante el Gobierno de Zapatero no se movilizaron, pese a que como dicen ahora ellos mismos en 2010 se iniciaron «las medidas que están llevando al país a unas mayores cifras de paro, más precariedad laboral…» Es decir, tuvieron dos celebraciones del Día del Trabajo para mostrarse combativos y anunciar una movilización sostenida por los recortes que desde mayo de 2010 hasta noviembre de 2011 adoptó Zapatero.

Durante los siete años y siete meses de Gobierno socialista hubo dos etapas, la ya citada que se inició en 2010 y primera, con Cándido Méndez como ministro áulico de Economía y que duró hasta mayo de 2010, cuando Europa le dijo a Zapatero: «Hasta aquí han llegado ustedes con el despilfarro público», que como todo el mundo sabe, no es lo mismo que gasto público productivo. La M30 llevada a cabo por el Ayuntamiento de Madrid con Gallardón como alcalde y que costó algo más de 3.000 millones de euros fue gasto productivo. El Plan E de Zapatero, que costó 13.000 millones de euros, fue un auténtico derroche que sólo sirvió para que se desbocara el déficit, sin controlar el paro... Y es que las políticas de gasto aconsejadas por el secretario general de UGT incitaron al Gobierno a gastar.

Así, mientras la crisis económica salpicaba a todos los sectores sociales con cientos de miles de empresas quebradas y cinco millones de parados, los sindicatos recibieron en ayudas públicas más de 1.000 millones de euros del Ejecutivo central, de las autonomías y de los ayuntamientos, que no se compadecían con la situación del resto de los españoles. Otra de las partidas fundamentales de su financiación es el dinero que reciben por la gestión de innumerables cursos de formación, en los que se mueven más de 2.000 millones de euros. Y aunque mucha gente no lo sepa, otra fuente de ingreso sindical radica en la negociación colectiva y la gestión de los ERE. Resulta una paradoja que los despidos engorden las cuentas de las centrales sindicales al llevarse entre un 10% y el 15% de la cantidad que perciba el trabajador. Pero si la crisis propició que engordaran sus arcas, también provocó una importante pérdida en el número de afiliados, debido al descontento por su inacción mientras el PSOE estaba en La Moncloa. De hecho, en España hay 18 millones de trabajadores, de los que sólo un 12% se fían del trabajo de estos dos sindicatos. .Con estos números, jamás podrán financiarse con la cuota de los afiliados.

Ahora, el Partido Popular, en los Presupuestos, ha recortado en 6,2 millones su subvención, y con la aprobación de la reforma laboral ha restringido una parte importante de su poder y de sus ingresos. Por eso hay quien dice que la guerra incendiaria que anuncian tiene su origen en estos recortes y no en los de la «clase obrera».