Moda
Chanel sube al cielo
Karl Lagerfeld dio una lección de costura y dominio de color con las 154 tonalidades de azul que presentó en París
Cuando el grajo vuela bajo... Lagerfeld se crece. No se conoce todavía desfile de Chanel en el que se achante. Ayer lo demostró con ese viaje al cielo donde exploró con todas y cada unas de las variantes del azul, que hasta cuando se tornaba en «azuloscurocasinegro» sin turbulencias dentro del avión que recreó en el interior del Grand Palais parisino . Hasta 154 tonalidades del mismo color .
«Después de la alfombra roja, la alfombra azul. El azul es una paleta de sí misma. Es el color del aire, del cielo o de los ojos de un gato pequeño», filosofó el diseñador-comandante que dijo ser un fan del avión, aunque tengan en cuenta que el buen hombre no viaja en turista: «No hay nada más relajante: tus compañeros de viaje pegados a sus pantallas, no hay móviles... Es maravillosamente pacífico».
Si a Donatella Versace el día anterior le sobraba algún que otro diseño –y eso que presentaba sólo quince–, las 60 piezas que se vieron en la cabina del jet de Karl ayer sabían a poco. Y eso que producir tal número de conjuntos de alta costura supone una inversión titánica en plena oda al déficit. ¿Las claves de sus siluetas? Cuellos chimenea, mangas abullonadas de ingeniería y cintura baja.
Cada bordado con paillettes, un lujo y prestancia en el tweed. Brillo medido en tacones de salón y pedrería, y rebeldía refinada en las crestas de algunas modelos. Sin provocaciones banales ni escotes exagerados. Nada de carne gratuita.
Con este alarde de maestría de Lagerfeld al comenzar la segunda jornada de la alta costura, el resto supo a poco. Y eso que no eran principiantes. Giorgio Armani Privé se puso ecologista –con un vestido sirena final tan espectacular como imposible de llevar– y Givenchy se llenó de pinchos en una revisión canalla del filme «Metrópolis». Ambos se quedaron en tierra. El alemán se ganó, una vez más, el cielo.
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