CRÍTICA DE CINE / «El diario de Greg 2»: Quién lo para

No, pero si resulta lógico en estos tiempos económicamente de secano que David Bowers, conocido en Hollywood por dirigir «Astro Boy» y «Ratónpolis», le eche de nuevo el guante a la comedia familiar en su nuevo trabajo visto los moderados entusiasmos con que aquéllas fueron recibidas. Lo que resulta rayante es que hagan falta dos señores para escribir el guión de «El diario de Greg 2: la ley de Rodrick», basado en la exitosa serie de libros concebidos por Jeff Kinney. Porque, amigos, a la postre nos topamos con otra producción del género peligrosamente elemental: emparedado entre unos padres a los que en ocasiones parece que les falta un hervor, el avispado Greg intenta sobrellevar una de las etapas más duras de la vida, la preadolescencia, y eludir de paso las pesadísimas bromas de un hermano mayor que cuando toca fiesta utiliza el «eyer line» con la misma pericia que cualquier cantante moderno de los 80. De manera que, y sólo un año más tarde de que fuera estrenada la primera, en esta nueva tanda de memorias infantiles tampoco falta el encantador amigo gordito de turno, la historia de un primer amor que no acaba de cuajar ni el arrepentimiento final de unos y otros por las trastadas pretéritas. Que aquí, en la familia, paz y después gloria.