Nueva York
Los republicanos bloquearán el pacto nuclear de Obama con Rusia
El plan de Washington para reiniciar una nueva etapa de relaciones con Moscú ha encontrado un escollo: los republicanos.
Obama sigue empeñado, como anunció el pasado año, en «apretar el botón de reinicio» de las relaciones con Rusia. Sin embargo, parece que espías, contrabandistas y, ahora también senadores insisten en interponerse en sus planes. Rusia es el único as en la manga que tiene el presidente de EE UU para mantener su estrellato internacional después de los fracasos cosechados para poner fin al conflicto de Oriente Medio, reconducir la guerra de Afganistán y frenar el programa nuclear iraní. Ahora, con los republicanos en pie de guerra, hasta esta jugada podría salirle mal.
El senador conservador por Arizona, Jon Kyl, ha revolucionado al equipo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca tras negar su apoyo al nuevo tratado START, que reduciría los arsenales de ambas potencias a sus niveles más bajos desde el año 1950.
Kyl ha justificado su posición asegurando que el START «no se puede estudiar en las próximas semanas debido a otras tareas que debe afrontar el Congreso y a la complejidad de los asuntos del mismo». En cambio, a Obama –que necesita la ratificación de dos tercios del Senado, con 67 votos– le urge sacar adelante el acuerdo antes de que concluya la presente sesión de este Congreso.
Aún disfruta de una holgada mayoría. Pero a partir de enero, con las nuevas cámaras, los demócratas cederán seis asientos a los republicanos en el Senado, empeñado desde que Obama llegó a la Casa Blanca en boicotear todas sus iniciativas. Entonces será más complicado obtener la luz verde de los senadores.
Kyl ha decidido interponerse en las intenciones de Obama a pesar de que el propio secretario de Defensa, Robert Gates, le ha transmitido la importancia de ratificar este acuerdo con Moscú.
Ante el envite, la Administración ha empezado el contraataque. «El fracaso del nuevo START este año pondría en peligro la seguridad nacional. Sin su ratificación, no habrá americanos sobre el terreno para inspeccionar las actividades nucleares de Rusia», alertó el vicepresidente Biden. Por su parte, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, programó de urgencia reuniones con el senador demócrata John Kerry y el republicano Richard Lugar para desbloquear la situación. Pero estos movimientos no han podido evitar que Obama viaje a Lisboa, donde se reúne la OTAN el fin de semana, con las manos vacías.
La Casa Blanca había programado varios actos con el presidente ruso, Dmitri Medvedev, para remarcar la nueva etapa en las relaciones entre ambas potencias. Ahora, todo queda pendiente de los pasillos de Washington.
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