Ciudad del Vaticano
«Los niños necesitan del amor del padre y de la madre»
Benedicto XVI recordó, durante el rezo del Ángelus del domingo, a la Sagrada Familia de Nazareth, en el día de su festividad. «La Sagrada Familia es un modelo de vida para todas las familias, ya que Jesús ha querido nacer en una y así la ha bendecido y consagrado. Pidamos por todas las familias para que no se desanimen ante las pruebas y las dificultades con las que se enfrentan», afirmó el Papa.
A la hora de hablar de los niños, el Papa quiso recordar que «necesitan del amor de un padre y de una madre, que es lo que les da seguridad y les permite descubrir el sentido de la vida». El Pontífice afirmó que «por ello, es muy importante que todos los niños que vienen al mundo sean acogidos en el calor de una familia. No importan las comodidades exteriores. Jesús nació en un establo y como cuna tuvo un pesebre, pero el amor de María y de José le hizo sentir la ternura y la belleza de ser amado», subrayó el Pontífice.
La festividad de la Sagrada Familia se celebra como es habitual el domingo siguiente al día de Navidad. Pero en esta ocasión la gran fiesta de la familia se producirá el próximo día dos de enero en una misa multitudinaria en la plaza de Colón, en Madrid, a la que acudirán cardenales, obispos y fieles de toda Europa. El Papa enviará a las 12 de la mañana un mensaje por videoconferencia a los fieles reunidos en esta celebración.
Al finalizar el rezo del Ángelus, Benedicto XVI se trasladó al aula Pablo VI, donde ofreció un almuerzo a 517 personas necesitadas. Se trata de indigentes e inmigrantes sin techo a los que prestan cuidados las Misioneras de la Caridad, quienes fueron invitadas al cumplirse el centenario del nacimiento de su fundadora, la Madre Teresa de Calcuta. Esta orden está repartida en más de 95 países y posee una casa en la Ciudad del Vaticano llamada «Don de María», donada por el Papa Juan Pablo II.
Desde hace tres años, Benedicto XVI ofrece una comida en este día a personas necesitadas. El año pasado, el Papa se dirigió al barrio de Trastevere y compartió un almuerzo de Navidad con las personas atendidas por la Comunidad de San Egidio.
Entre los catorce indigentes que compartieron mesa con el Papa, había historias de distinta dureza como la de un hombre de Haití en silla de ruedas, un musulmán de Etiopía, otro de Gambia que se prepara para el bautismo o una mujer india embarazada. En la comida también estuvo presente la superiora general de las Hermanas Misioneras de la Caridad, sor Prema y numerosos miembros de esta congregación.
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