Filosofía

Liberales

La Razón
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Como lo prometido es deuda aquí va mi reflexión sobre la presentación del libro «Liberales» de Jose María Lasalle. Me quedo con la reflexión que hizo Mario Vargas Llosa al recordar la conversación con su abuela cuando decía que los liberales siempre estaban cortados por el mismo patrón. A saber: invocar a Montesquieu si hablaban del poder; la ciencia y la razón cuando apelaban al conocimiento; y la tolerancia si describían las reglas de juego de la convivencia civilizada, ya fuera doméstica o ciudadana. Lasalle recurrió a la estrategia de buscar algunos lugares comunes del pensamiento liberal para llevarnos al huerto del mismo, es decir, su densidad. Nos habló del gran espacio abierto con la Constitución de Cádiz de 1812 para trasladarnos al momento actual donde la corrupción en la política hace que el ciudadano pierda su consideración hacia los gestores públicos. Y a partir de aquí, nos aleccionó sobre la gran pérdida del pensamiento político español y de sus consecuencias en esa sempiterna rivalidad de esta España nuestra entre conservadores e izquierdistas. Evidentemente, el pensamiento político español dejó mucho en el camino y la opción a que eso triunfara quedó desparramada con el regreso de Fernando VII al aboslutismo. Pero el pensamiento liberal no murió, como no mueren las ideas. Y lo que nos queda de aquello, y lo que pervive hoy en el pensamiento de muchísimos españoles es, justamente, la esencia de ese pensamiento liberal. Volver a la ética en la política; recuperar las esencias democráticas; tratar dignificar la vida pública, porque el bien común y general debe estar por encima de partidismos e intereses expurios. Lasalle es un liberal convencido y como tal, está por la labor de los valores más significativos del liberalismo, o como decía Vargas Llosa, la libertad responsable es el fundamento de la dignidad. España necesita recuperar valores perdidos por el camino en estos últimos años para llevarnos solo, y sencillamente, a la decencia pública.