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Soldado oficial y caballero

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Su momento, no el de otros

La cuestión es si queremos que la Selección de Vicente del Bosque sea como los Oscar honoríficos. En tal caso, que juegue Di Stéfano

Si la altura de las personas se mide por el tamaño de sus enemigos, Roberto Soldado es el más grande delantero de la historia del fútbol español. Para ir a la Eurocopa, porque después de la exhibición del miércoles sólo una lesión lo privará del viaje, ha tenido que superar la leyenda del gol de Viena. Fernando Torres, autor del tanto que hizo a España campeona continental en 2008, tenía 24 años cuando entró en la historia a cambio de abandonar la élite. Pero Vicente del Bosque, preso de la mitomanía, lo siguió convocando a pesar de su pertinaz ineficacia y de su anonadante Mundial. A lo mejor, también es casualidad que el Liverpool haya vuelto a ganar un título tras la sequía más larga de su historia, coincidiendo con sus años de militancia allí. Además, Soldado competirá con el fabuloso Fernando Llorente y con la barcelonización de España, esa idea de Del Bosque de poner a Silva de falso delantero centro, como un Messi canario. Sin contar con que Villa esté aproximadamente apto para la Eurocopa; visto el respeto cuartelero por la jerarquía que tiene el seleccionador, siempre se decantará por el pasado glorioso, aunque renco, que por la temporada estratosférica del delantero del Valencia. No será lo que se dice una convocatoria regalada, entre otras cosas porque no puede ser sencillo hacerse un hueco en la campeona de todo. Nadie cuestionará la idoneidad de Soldado; si acaso, podrá objetarse que otros futbolistas, aún en edad de merecer, fueron mejores que él en otro tiempo. La cuestión es si queremos que la Selección sea como los Oscar honoríficos. En tal caso, que juegue Di Stéfano.

Lucas Haurie

Low cost

Vean un partido del delantero y me darán la razón en que tiene mérito. Otra cosa distinta es confiarle nuestro acierto en una semifinal contra Holanda

Roberto Soldado le metió tres goles el otro día a Venezuela y parece que ya tenemos nueva estrella en el firmamento patrio. Soldado le metió tres goles de esos de empujarla y dicen que eso le ha dado el billete definitivo para estar en la Eurocopa. Que ese pasaporte se venda tan barato ha dado ilusiones a cientos de jugadores que los domingos por la mañana echan una pachanga con los amigos y que también se ven capaces de intervenir mínimamente en una jugada y dar un toquecito al balón al ladito de la portería. Que nadie crea que le quito méritos a Roberto Soldado, que los tiene, por supuesto. Se trata de un futbolista que ha sabido aprovechar su estancia en el banquillo del Real Madrid para hacer papeles muy dignos en Osasuna y Getafe y colocarse después en el Valencia, un equipo que tuvo que vender a sus estrellas y que está siendo muy efectivo sacando lo mejor de su clase media. Ahí se ha colocado bien Soldado, ayudado por su carácter agresivo y por su gesto indisimuladamente tribunero. Vean un partido entero del delantero y me darán la razón en que tiene mucho mérito. Otra cosa distinta es que esas virtudes sirvan para la Selección en citas fundamentales. Otra cosa distinta es confiarle nuestro acierto en una semifinal contra Holanda. Eso ya son palabras mayores. Ahora bien, si queremos seguir vendiendo que meterle tres a la temible Venezuela y a un central como Amorebieta vale como prueba fundamental y decisiva para ser indiscutible en España es que hemos acordado que estamos de rebajas. Esperemos que Del Bosque acierte y sepa aguantar las presiones del vocerío oficial.

María José Navarro