Huelga de estibadores
Un fracaso
La prórroga del Estado de Alarma es un fracaso. El Gobierno fue incapaz durante seis años de actuar para prevenir una situación como la creada por los controladores aéreos, y ahora vuelve a fallar al no hacer nada durante el tiempo que lleva vigente para recuperar la normalidad. En estas dos semanas, los rubalcabas de turno se han dedicado en exclusiva a hablar y a colgarse medallas, pero no a encontrar una solución rápida que permitiera retirar a los militares de los aeropuertos.
Parece como si al Ejecutivo le interesara mantener vivo el conflicto para tapar temas con los que se siente menos cómodo. Mientras más lío de controladores y más jaleo contra Marta Domínguez, mejor. En ambos casos, con la pena de telediario de por medio, tan apreciada por los actuales responsables de Interior.
El Gobierno optó ayer de nuevo por lo fácil, que en este caso es decretar el Estado de Alarma y prorrogarlo. Lo difícil, embridar el conflicto sin llegar a situaciones extremas. Gobernar a golpe de decreto es propio de regímenes venezolanos. Prohibir derechos y militarizar servicios es habitual en gente como Chávez o Castro, pero no debería serlo en José Blanco. El responsable de Fomento dijo ayer que va a multar a los controladores con 225.000 euros. Muy bien, mi general, pero ¿no deberían ser los jueces? Aunque bien pensado, con ministros como éstos, ¿para qué queremos Tribunales?
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