Umbral y el lápiz rojo

Las instrucciones fueron claras: «Los pasajes censurables, ¿califican el contenido total de la obra». El archivo General de la Administración, en su portal de internet, ha colgado el expediente relacionado con la publicación de esta obra. A pesar de que el censor indica que está «escrito por un gran amigo personal del escritor que en este libro se comenta, este libro une la crítica puramente literaria a aspectos personales de interés para la comprensión de la obra», las disculpas para exculpar al autor y su obra no logran evitar lo ineludible y algunos párrafos fueron tachados de forma implacable. Sobre todo los relacionados con la Guerra Civil española.

Líneas tachadas
En los documentos se aprecia la marca del censor, que tacha el siguiente párrafo: «En las escuelas se suele enseñar a los niños que hay otra España, una España negra y antiespañola con la que conviene estar en guardia. Si ese niño tiene un poco de suerte hacia los veinte años le coge una de las frecuentes guerras civiles del país y puede poner en práctica los sanos principios guerracivilistas del parvulario». El omnívoro bolígrafo se ensaña también con otro párrafo: «Miguel Delibes empieza a pensar, quizá, que aquello fue una victoria a costa de hermanos, de gente más débil. Luego –cualquiera puede deducirlo de su obra y lo deduzco de su amistad–, el escritor se plantea si valió la pena la victoria. Finalmente, si todas las victorias no son injustas». La censura reconoció la amistad entre los escritores y del columnista con Delibes. Entre otras observaciones se admite que «en su mayoría, el comentario se desglosa según las novelas que cronológicamente marcan la evolución literaria o ideológica de Delibes. Por tanto, el libro es de contenido puramente literario». Pero incluye una objeción: «Sin embargo, al hacer alusión a la Guerra del 36 y la participación, durante y después, de Delibes en la vida nacional, se hacen alusiones que deben señalarse.

Aunque de forma muy genérica, son de reseñar las páginas 39, 43, 58 y 59. Debieran suprimirse los párrafos señalados en págs. 40, 44, 45, si bien no son más que alusiones a la posición personal del autor comentado». Y en la página 44 se borra lo siguiente: «Hay quienes reniegan de aquella victoria (...). Sin una guerra por medio, sin un millón de muertos por medio...». El libro recibió, al final, la autorización, pero la garra del censo logró arañar estas líneas.