Alberto Cortez «No me animo a ser un ‘‘yayoflauta''»

–«Alberto Cortez en estado puro». Debe ser de lo poco que queda puro...
–Sólo es un buen título para una gira. Nunca estuve en estado puro, estoy contaminado como casi todos.

–¿Aire puro o puro habano?
–Aire puro. Los habanos los dejé hace años. O dejaba de fumar o dejaba de cantar. Y me gusta más cantar que fumar.

–¿La mayor impureza de hoy?
–El cinismo.

–Canta al corazón. ¿Prefiere emocionar a excitar?
–Sí. Yo me emociono cantando, y lo transmito.

–Canta sus éxitos. ¿No le cansa repetirlos?
–Nunca. Aunque haya cantado el tema un millón de veces, me emociono igual. Los éxitos te los regala el público, ¿cómo no se los vas a dar?

–«Rehuye a los optimistas porque anuncian la peste», decía Voltaire.
–Soy optimista por naturaleza. Al llegar de México, el cardiólogo me dijo: «No me explico cómo no se ha muerto en el avión».

–Pero ahí está...
–He perdido 25 kilos. Canto infiltrado porque tengo el talón de Aquiles deshecho. Si no fuera por el optimismo, a ver cómo iba a seguir ahí.

–Canta Bruce Springsteen: «El banquero sigue engordando y el trabajador sigue adelgazando...» ¿Resume la situación?
–Resume su situación: es multimillonario. No me gusta el cinismo.

–Dice Todorov que los intelectuales deben agitar ideas. ¿Qué deben agitar los cantantes?
–Sus sentimientos sinceros.

–El año pasado los políticos veían brotes verdes; éste ven rayos de esperanza. ¿Qué ve usted?
–Trato de no amargarme viendo y oyendo a los políticos.

–¿Se anima a ser un ‘‘yayoflauta''?
–No. Respeto todas las expresiones e ideas, pero no me asociaría a un grupo con el que no estoy muy de acuerdo.

–«No quiero pertenecer a un club que me admita como socio» (Groucho).