Elecciones generales
Una lista sin concejales «pro-Jiménez»
Este verano comenzaron la carrera por las primarias por separado. Jaime Lissavetzky, candidato al Ayuntamiento de Madrid por la lista socialista, ya avisó entonces que su «tándem perfecto» sólo tendría dos componentes, él y Trinidad Jiménez.
Por mucho que Tomás Gómez, secretario general del PSM y vencedor en las primarias insistiese, él ya había tomado una decisión y, aunque tras las primarias las aguas se calmaron en las costas socialistas, las diferencias entre los «números uno» de las papeletas de la Comunidad y la ciudad de Madrid no tardaron en aparecer. Más allá del «feeling» personal, lo que ha llevado a un completo desencuentro a ambos candidatos ha sido la composición de la lista al Ayuntamiento de Madrid. Tanto que hasta el secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias, ha tenido que intervenir para mediar en las negociaciones que han tenido lugar en las últimas semanas para templar los ánimos.
La Ejecutiva regional aprobó ayer los nombres de los 25 miembros del equipo socialista para la capital de cara a las elecciones de 22-M. Una candidatura en la que el Secretario de Estado echa de menos un perfil «más técnico», según explicaron fuentes cercanas al candidato a Efe.
Más allá de la «número dos», Ruth Porta; y el jefe de gabinete del Secretario de Estado, Marcos Sanz (que irá de número 8) –peticiones expresas del cabeza de cartel– la lista socialista para la capital ha sufrido una profunda renovación. Repiten nueve nombres aunque dos de ellos, los concejales Manuel García-Hierro y Dolores del Campo van en los puestos 19 y 20 y no tienen asegurada su continuidad en el Consistorio de la capital si los socialistas no mejoran en las municipales de este años sus resultados de 2007. Se caen de la lista Óscar Iglesias, Ángeles Álvarez o Daniel Viondi, entre otros ediles, que formaron parte de la plataforma de apoyo a Trinidad Jiménez. El porcentaje de poder del Secretario de Estado, según fuentes de la Ejecutiva regional, se ha quedado en un 38 por ciento. Sin embargo, esta cifra no se ajusta a la realidad según las cuentas de los cercanos al candidato municipal. «La lista no reúne las condiciones políticas mínimas para que le dé su conformidad el candidato. La lista no es asumible, porque no es lo que Lissavetzky necesita para gobernar la ciudad, ni para gobernar la oposición», aseguraban a última hora desde el entorno del candidato. La historia de esta lista será larga y Lissavetzky ya está metido de lleno en su siguiente batalla: tratará de ganar minutos en Ferraz para hornear su anunciado «suflé» electoral.
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