Artistas
Triangulaciones por Sabino MÉNDEZ
La verdad es que no necesitábamos a Jacques Lacan en el siglo veinte para valorar la importancia de las triangulaciones en la vida humana. Todas las Policías del mundo conocen que la mejor manera de localizar una emisora pirata es con una sencilla triangulación de ondas. Toda sociedad que se quiera organizar decentemente sabe que lo que ha de hacer sobre tres pilares públicos: Justicia, Educación y Sanidad. Esos tres pilares, para funcionar de una manera correcta, han de tener, además, tres características: ser libres, ser iguales y no rentables para el libre mercado. El poder, a su vez ha de parcelarse también en tres: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Hasta la religión católica, con aquello del Espíritu Santo, dejó obsoletas las dicotomías (y todavía más cuando propuso lo del purgatorio). ¿Puede entonces quedar aún alguna duda? Está claro que sólo hay una manera de mejorar la ley de D' ont, que siempre nos amarga las elecciones políticas con sus descompensaciones. Hay que tener tres hijos. Se evitará así que si el mayor nos sale de derechas el menor nos salga lo contrario para definirse a contrapelo y sentir reforzada su identidad. Acabemos pues con las dos Españas por la vía de la procreación. Hasta en eso la pareja se asienta en tres puntos: que te guste cómo funciona su cerebro, que exista buen encaje sexual y que lo aceptes tal cómo es porque no va a cambiar. Pero vamos a abandonar el tema de la procreación cruzado con el de las triangulaciones porque todavía habrá quién interpretará (y lo que es peor, correrá a difundirlo por ahí) que Sabino Méndez defiende que el matrimonio es una carga tan pesada que necesita de tres para llevarla. Desde luego, siempre hay gente que no sabe leer estas cosas tan delicadas.
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