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Demasiado Madrid (5-0)

El Espanyol, atrevido y blandito, apenas resistió media hora la estampida liderada por Ronaldo

Demasiado Madrid (5-0)
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Imponía más la bien ganada fama del Espanyol que el equipo en sí. Pochettino no tardó en descubrir sus cartas, planteó el partido con alegría y las justas precauciones y a los 38 minutos ya lo tenía perdido. Fue víctima de la voracidad del Madrid, liderado por Cristiano Ronaldo, volcán en ebullición, pero también solidario, de ahí el 5-0.

Descansaba Pepe, como Messi, y Mourinho situó a Carvalho junto a Sergio Ramos. Una apuesta arriesgada. Carvalho está lejos de su mejor forma y, además, mayor. O lo parece. Trata de disimular las arrugas con un envite al club que éste tendría que despreciar. Carvalho tiene 34 años y está para retirarse a los Emiratos Árabes; sin embargo, exige dos años más de contrato, cuando todavía hay que sufrirle éste y el siguiente. Que viera la tarjeta amarilla a la media hora por una mano es más culpa del reglamento que suya; que se librara sólo tres minutos después de la segunda hay que achacárselo al despiste del árbitro. No fue su único error de bulto; Álvaro, Coutinho y Verdú le dejaron en evidencia. Huelga decir que si don Santiago (Bernabéu, naturalmente) levantara la cabeza, no terminaba la temporada. Entonces, jugador que cumplía los 30, renovaba de año en año, ni uno más.

La fortuna de Carvalho es que le rodea un equipo muy bueno; su mala suerte es que en su demarcación hay relevos garantizados, por eso en el descanso calentó Varane. Mourinho temía que insistir con su paisano pudiera complicarle el partido, por lo demás, plácido. Ganaba 2-0, casi sin despeinarse y contaba con la inestimable colaboración de Cristiano Ronaldo, pletórico.

Fue precisamente Cristiano el autor del 1-0, con la izquierda, cayéndose, al aprovechar un buen envío de Higuaín. Acto seguido pasó a Kaká mirando al tendido. A su acierto, añadía velocidad e imaginación. Daba gusto verle y su alegría era contagiosa, incluso marcó Khedira al culminar una combinación al primer toque con él y Özil. Ganaba el Madrid con facilidad; lo cual no quiere decir que el Espanyol no presentara batalla. Pochettino, ese entrenador que está haciendo milagros en Cornellà, y a quien han puesto el cartel de dominio blanco como alternativa a Mourinho, mandó a sus jugadores arriba, a presionar a la defensa contraria y adelantó la suya casi al centro del campo. Si esperaba atrás, le arrollaba la estampida. Porque el Madrid quiere mantener a toda costa los diez puntos de ventaja con el Barcelona, que recortó a 7 el sábado, y busca soluciones sin preámbulos. No se entretiene en la confección, ataca, con todas las consecuencias, de ahí que a veces reciba algún susto en la retaguardia, como aquel remate de Coutinho que Casillas despejó con alguna dificultad.

Al juego bonito, o pretendidamente atractivo del Espanyol, pero blando, respondía el Madrid con una contundencia propia del equipo concentrado, mentalizado e inconformista. Como Mourinho había detectado la vía de agua en Carvalho, Varane entró en el segundo tiempo. Más seguridad atrás. Pochettino dejó en la caseta a Coutinho y a Álvaro para intentar mejorar con Baena y Sergio García. Sólo dos minutos después de la reanudación, Higuaín aprovechó el centro al hueco y preciso de Kaká para hacer el 3-0.

Asentado atrás y con la mirada puesta en la portería de Casilla, el singular, el líder prescindió del viento favorable que le brindaba el marcador y buscó más goles. La inspiración de Ronaldo era fundamental; con él entonado, con él colaborador, con él centrado, el equipo juega más y mejor. No se aprecian grietas, sí un dominio abrumador y jugadores como Kaká o Higuaín, tan necesitados de confianza, de cariño, de minutos, de partidos, crecen hasta recordar a quienes fueron.

En el minuto 66 volvió a correr Ronaldo por la banda izquierda, mandó el balón hacia Higuaín que cedió a Kaká e hizo el cuarto casi sin ángulo. Resoplaba Pochettino en el banquillo, la derrota era un correctivo y la distancia entre el primero y el undécimo de la clasificación, un abismo más profundo que los 34 puntos que los separaban. Frente a un Madrid tan entonado, tan «desatado», tan compenetrado, el valor de jugadores como Coutinho, Álvaro, Weiss o Dídac se diluye. Como tantos otros, juegan otra Liga. Les cuesta lo que para Kaká, que entregó el quinto a Higuaín, es sencillo. En realidad, fue un 5-0, gracias a Casilla. Y no llegó a la media docena porque el portero acertó a despejar el tiro de Morata, tras otro centro del mejor Ronaldo.


Higuaín se reencontró con el gol
Mourinho le dio su confianza públicamente, le calificó como uno de los mejores jugadores del mundo y éste respondió ayer con goles. Gonzalo Higuaín, que cuentan desde su entorno que no está muy contento porque Benzema le ha relegado al banquillo, salió muy motivado y volvió a encontrar puerta. No lo hacía desde el 14 de enero. Marcó el tercer tanto y el quinto con esa facilidad para disparar que le convierte en uno de los goleadores más fiables del equipo: lleva 85 tantos en Liga desde que debutó en enero de 2007. «Todos lo han visto, es uno de los mejores del mundo», aseguró Karanka, que otra vez dio la conferencia de prensa en lugar de José Mourinho.


-- Ficha técnica:
5.- Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Sergio Ramos, Carvalho. (Varane, min. 45), Marcelo; Khedira, Xabi Alonso; Özil (Callejón, min. 67), Kaká, Cristiano Ronaldo; e Higuaín (Morata, min. 81).
0.- Espanyol: Casilla; Javi López, Raúl Rodríguez, Héctor Moreno, Dídac; Forlín, Romaric; Weiss, Verdú, Coutinho (Sergio García, min. 45); y Álvaro (Baena, min. 45).
Goles: 1-0, min. 23: Cristiano Ronaldo; 2-0, min. 38: Khedira. 3-0, min. 47: Higuaín. 4-0, min. 66: Kaká. 5-0, min. 78: Higuaín.
Árbitro: Teixeira Vitienes (Comité Cántabro). Amonestó a Carvalho (min. 30) por parte local y a Forlín (min. 55) y a Baena (min. 82) por parte visitante.
Incidencias: Partido correspondiente a la vigésimo sexta jornada del campeonato nacional de Liga disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante cerca de 77.000 espectadores.