Literatura

Lugo

«Querría estar muerto»

El director de un geriátrico olvida en una furgoneta a dos ancianos, que murieron horas después / En libertad con cargos, asume toda la responsabilidad y lamenta profundamente su descuido

«Querría estar muerto»
«Querría estar muerto»larazon

A todos nos ha pasado. Estás haciendo una cosa, de repente algo surge, te paran, te llaman e instantes después ni te acuerdas de qué tenías entre manos. Para Luis Miguel ese tipo de distracción le ha llevado a vivir en sus carnes uno el momentos más amargos de su vida, tanto, que ayer, entre lágrimas, casi deseaba haber sido la víctima de su propio despiste.

Todo ocurrió el sábado. El amanecer de su 47 cumpleaños no pintaba mal. Como hacía habitualmente, Luis Miguel cogió la furgoneta y realizó la ruta habitual para recoger a los siete ancianos que ese día pasarían la jornada en el geriátrico Virgen del Consuelo. Eran las ocho de la mañana y al llegar acompañó a cinco de ellos dentro de la residencia. Se lió y se olvidó de dos de ellos. Casi doce horas después, todo se truncó. Fue él mismo quien encontró los cadáveres y quien quiso explicar la situación a las familias en primera persona.

Quienes conocen a Luis Miguel y a su hermano, socios de sus diversos negocios, aseguran que son gente estupenda y muy trabajadores. De hecho, poseen, además del geriátrico, más negocios de ocio en la región.

Quizá sea el cariño que despiertan en la gente lo que ha provocado pocas críticas a este desgraciado accidente, como prueba, los testimonios de quienes llevan asiduamente a sus familiares a la residencia Virgen del Consuelo. «La verdad es que ayuda que en un momento así la gente te apoye. Estoy sorprendido», aseguraba ayer.

En cualquier caso, Luis Miguel está imputado por dos delitos de homicidio por imprudencia. No teme lo que pueda pasar. Como quien no sabría qué pena poner a tan desgraciado incidente. «Pero lo asumiré de buena gana. Lo que sea. El mal ya está hecho».

En cuanto a los familiares de los fallecidos, parece que han asumido y encajado el golpe sin rencores. Ninguno de sus allegados tomará medidas legales contra el centro. Se trata de Amancio Fiallega García de 81 años y natural de Lugo y Jerónimo Carnero García de 88 años y que ayer mismo recibió sepultura en Madrid. Los cuerpos fueron trasladados, en un primer momento, al Instituto Anatómico Forense donde se les realizó la autopsia que determinará si fallecieron por deshidratación o por falta de medicación. El cuerpo de Amancio viajó a su pueblo natal en Lugo donde será enterrado.

Luis Miguel asegura que su centro es un poco especial. El cuidado y el cariño que le dan a los ancianos es tal, que él mismo asegura que ha querido más a varios de sus clientes que a sus propios abuelos.