Andalucía

De difícil cumplimiento

La Razón
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Vaya por delante mi aplauso a los políticos valencianos, que han sabido defender y reivindicar nuestros derechos de equiparación a las autonomías mejor tratadas. Como hiciera en el proceso de la primera reforma del Estatut, el conseller Serafín Castellano, ha demostrado sus dotes políticas para aunar esfuerzos y lograr el consenso con el PSPV y la abstención del Compromís, una fórmula implícita de apoyar. Ha sabido ejecutar magistralmente las intenciones del presidente Francisco Camps. Los dos partidos mayoritarios, PSOE y PP, estaban obligados a ello, una vez aprobados los Estatutos de Cataluña y Andalucía. El problema vendrá después para el Estado. Mientras todas autonomías se verán forzadas a pedir el mismo trato, el Gobierno central no cumplirá los nuevos mandatos -según el Constitucional, no son vinculantes a la hora de elaborar los Presupuestos-, porque no puede haber porcentaje cuando la suma de los guarismos aplicados supera con creces el cien. No se pueden sumar peras, naranja y manzanas y pretender que el total sea de cien peras, cien naranjas o cien manzanas. Es lo que propició ZP al admitir inversiones en proporción al PIB en Cataluña, a la población en Andalucía y Comunitat, a la dispersión poblacional en Castilla-La Mancha, etc. Al menos, seremos todos iguales. Así es la vida