Libia

Mentes totalitarias

La Razón
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La Constitución reconoce el derecho de todo ciudadano a estar informado verazmente, por lo que, consecuentemente, nos impone a los periodistas la obligación de ofrecer información veraz y honesta. Pero de todo hay en la viña del Señor y, ¡cómo no!, también existen los malos periodistas, incapaces de admitir que la verdad les estropee su noticia. Sucedió en el 11M con una emisora de radio, filosocialista, empeñada en afirmar que entre los fallecidos de los trenes se hallaba un terrorista suicida y, pese a las reiteradas notas enviadas desde Interior advirtiendo de la falsedad de tal afirmación, no se produjo rectificación alguna. Ha vuelto a pasar ahora con Aznar y su discurso en una universidad estadounidense. Los medios afines al Gobierno interpretaron que el ex presidente calificaba a Gadafi de amigo y que desautorizaba la intervención de la OTAN en Libia. Ante esas falsedades, FAES remitió a todos los medios el texto literal pronunciado por Aznar. Pues bien, esas terminales mediáticas deberían habérselo ofrecido a sus lectores, oyentes o televidentes tal cual y, sin embargo, optaron por ventilar el asunto con un «FAES reinterpreta las palabras de Aznar». Hasta aquí el relato de los hechos. Pero supongamos que Aznar estuviera en contra de esta guerra, ¿Debería ser descalificado por ello? Sólo las mentes totalitarias agreden e insultan a quienes no comparten su punto de vista. Las que no lo son, defienden el pluralismo.