Sevilla

El reino ibérico de Badajoz

Aunque la ciudad extremeña no tiene playa, es un destino ideal para el verano. Su amplia oferta cultural, su legado histórico y su deliciosa gastronomía, que presume de aprovechar todas las partes del cerdo, no defrauda a los viajeros más exigentes

Vista de la recién remodelada Plaza de Minayo, en el centro de la ciudad
Vista de la recién remodelada Plaza de Minayo, en el centro de la ciudadlarazon

Pero si algo sobresale en Badajoz es, sin duda, su gastronomía. Tapear a cualquier hora del día es una de las características de la ciudad. Triunfa el mediodía, que es el momento de mayor bullicio en los bares de tapas y en las calles. Los que prefieran algo más sofisticado, pueden probar las conocidas como Cenas Gastronómicas, una propuesta que se realiza todos los meses y que permite al comensal degustar los platos más suculentos de la temporada de los mejores cocineros de la ciudad. Pero el gran protagonista de la gastronomía por estas tierras es el cerdo ibérico, del cual el jamón se convierte en la pieza estrella, seguido de otros como el lomo, el morcón, el salchichón o el chorizo. Si quiere aprender más, hay que atreverse a optar por la concida como «charla y corte jamón», una actividad que permite a un pequeño grupo de amigos o viajeros disfrutar en primera persona de una cata jamón, a la vez que el catador desgranada todos los secretos del mítico cerdo extremeño.

La carta gastronómica es el mejor acompañamiento de una agenda cultural de lo más completa durante la época estival. «Noches de Verano» es un clásico en esta ciudad, pues se trata de un ciclo de teatro y música al aire libre en un antiguo revellín de la muralla abaluartada, convertido en auditorio. Y para que el calor no se convierta en un inconveniente a la hora de recorrer la ciudad, se ha puesto en marcha «Badajoz III Verano de Museos», una actividad que se celebra durante todos los sábados de julio y agosto y que permite a propios y extraños realizar una visita guiada, de mano de un especialista, a uno de los museos de la ciudad recorriendo previamente el entorno monumental de cada museo. De nuevo con la luna como telón de fondo, el tres de septiembre la ciudad se echará a la calle para celebrar, por segundo año consecutivo, la Noche en Blanco, una velada cultural que resulta muy atractiva para el turista, ya que hay visitas guiadas, cine al aire libre, guiñoles, monumentos iluminados...

 

 

La ciudad extremeña de Badajoz tiene casi todo aquello que busca el viajero cuando hace las maletas en busca de unas vacaciones perfectas. Aunque la ciudad no presuma de playa, no le faltan el sol y las buenas temperaturas, así como una oferta turística, gastronómica y cultural propia de los destinos más completos.


Las altas temperaturas invitan al viajero a madrugar y aprovechar las primeras horas del día para recorrer las calles empedradas del casco antiguo. La ruta cultural por Badajoz da para mucho y no defrauda a los apasionados de la historia y la tradición. Recorrer la muralla de la Alcazaba resulta obligatorio. Atravesar su entrada principal supone recorrer el camino de ronda y remonta al visitante a tiempos en los que las murallas les salvaguardaban de los enemigos. Aunque el conjunto resulta espectacular, la Torre de Esparteros, de 30 metros de altura, considerada el antecedente de la popular Torre del Oro de Sevilla, se lleva todas las miradas.


Entre la variedad de museos con los que cuenta la ciudad, el Museo del Carnaval de Badajoz se lleva la palma por su originalidad, ya que en él se encuentran los disfraces de las comparsas ganadoras de lo últimos años. En él se explica, además, la historia del carnaval en la ciudad desde sus orígenes, a través de audiovisuales y efectos especiales que hacen de él un mágico paseo por la fiesta más colorista de Badajoz.
La Ermita de la Soledad es otro de los emblemas de la ciudad, toda vez que alberga la imagen más venerada de Badajoz, su «patrona», sirviendo además de altar permanente a todos los ciudadanos que gracias a los cristales de la puerta tienen siempre a la vista a la Santísima Virgen de la Soledad. Junto con esta ermita, la Catedral de San Juan Bautista, declarada monumento artístico, también merece una visita. Y si aprieta el calor, lo mejor será refugiarse en algún área verde, que de eso también tienen en la capital pacense. Los jardines de la Alcazaba, los de la Galera o el Parque de Castelar, con más de 100 especies diferentes entre las que destacan magníficos ejemplares de Glicina, son buen ejemplo de ello.

Tapear a cualquier hora del día